• La bondad de Dios

    [Romanos 12: 2]

    29-01-2017 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje

      [Romanos 12: 2]
      «No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta».



      [Introducción]

      Amados hermanos en Cristo,

      Mientras cultiva a los seres humanos sobre esta Tierra, Dios Padre ha demostrado Su amor y bondad hacia la gente en numerosas ocasiones.

      Sin embargo, dado que las personas tienen rasgos carnales, siempre cambian de parecer incluso después de ver la bondad y el amor de Dios el Padre.

      Aunque escuchan sobre Su bondad y amor muchas veces, no pueden comprender esto a profundidad.

      Cuando escuchan sobre la intensidad de la bondad de Dios, la comprenden como conocimiento por el momento pero no pueden entenderla con el corazón.

      Incluso en los días de Jesús, había muchas personas que no podían entender la bondad y el amor de Dios, ni siquiera al ver al Hijo de Dios ante ellos.

      Dado que no tenían un buen corazón y carecían de integridad, no lograban entender la bondad en su corazón, ni siquiera al ver a Jesús quien era completamente bueno y verdadero.

      ¿Cómo piensan que son las cosas para esta generación que está tan manchada por los pecados?

      Es una generación que no conoce la bondad ni se conmueve, ni siquiera después de ver algo bueno.

      Y a estas personas, Dios el Padre quería mostrarles la profunda bondad de Dios.

      Por esta razón, Él estableció una iglesia y un pastor para el cumplimiento de la providencia de los tiempos finales, para que la gente pueda ver, escuchar y entender la profunda bondad de Dios.

      Y aquellos entre ustedes quienes han estado en esta iglesia por algún tiempo han llegado a conocer correctamente sobre lo bueno y lo malo, y han procurado cultivar la bondad.

      También han llegado a saber cuán placentero es para el Padre que ustedes vayan tras Su bondad.

      También han sido testigos de la gran bendición que es seguir la bondad por medio de mi vida personal.

      En esta sesión me gustaría explicarles sobre la bondad de Dios en tres aspectos que Él les ha mostrado por medio del pastor.

      Mediante este mensaje espero que sinceramente comprendan la bondad de Dios, que la anhelen y la cultiven.

      Ruego en el nombre de nuestro Señor, que al hacerlo puedan alcanzar el nivel perfecto de bondad que es agradable a los ojos de Dios.



      [Mensaje Principal]

      Amados hermanos:

      El primer tipo de bondad que el Padre Dios les ha mostrado por medio del pastor es la bondad para dar otra oportunidad y ser paciente.

      En Salmos 103:8 leemos: «Misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira, y grande en misericordia».

      ¿Qué habría pasado si Dios no fuera compasivo, lleno de gracia, lento para la ira y abundante en amor?

      Dios conoce todo sobre cada acto y pensamiento de las personas, incluso lo más profundo del corazón.

      ¿Cuán grande sería la maldad del hombre a los ojos de Dios quien es la bondad en sí?

      El ser humano vive en la injusticia y el pecado, y si Dios fuera rápido para la ira, ¿cuántas personas hubieran sobrevivido hasta hoy?

      Cuando Dios mide la bondad y la maldad de las personas, la mayoría tienen más maldad que bondad. Si Dios no mostrara compasión y cariño, ¿cuántos recibirían bendiciones?

      Dios aborrece la maldad en gran manera. Si Él no reconoce como Su hijo a todo el que tiene maldad, ¿cómo podría convertirse en Su hijo?

      No obstante, Dios da a las almas repetidas oportunidades gracias a Su bondad.

      Él les da innumerables oportunidad de ser transformados.

      ¿Cuántos mensajes nos ha dado, y cuántas obras poderosas nos ha mostrado?

      Al escuchar la Palabra y ver el poder de Dios, Él nos ha dado oportunidades para que nos alejemos del pecado y vayamos por el camino del Cielo otra vez, y podemos alejarnos del pecado y cambiar para poder apropiarnos de una mejor morada celestial.

      Algunas almas finalmente aprovecharon la oportunidad después de varias ocasiones; otros recibieron un buen número de oportunidad y otros incluso cientos de oportunidades.

      No obstante, hay algunas almas que no están aceptando estas oportunidades.

      ¿Acaso ha dicho Dios: «Ya les he dado muchas oportunidades y no responden, así que no lo puedo hacer más»?

      En Mateo 12:20 leemos: «La caña cascada no quebrará, y el pábilo que humea no apagará, hasta que saque a victoria el juicio».

      Esta es la bondad de Dios con la que Él espera mientras nos da oportunidades.

      Si reciben la mínima oportunidad o incluso si son imposibles, al sembrar en ellos la posibilidad, Dios desea salvar a todos y no perder ni una sola alma. ¡Esta es la bondad de Dios!

      Yo he estado ministrando por los últimos 35 años con este tipo de corazón.

      Yo no he podido darme por vencido con ninguna de las almas, y tampoco lo he hecho, aunque han cometido pecados imperdonables, que son totalmente inaceptables, aunque han estado en el umbral del infierno y aunque han sido abandonados por Dios.

      Aunque almacenan maldad sobre maldad, a tal punto que ya han recibido el veredicto del infierno, yo no me he dado por vencido con ellos.

      He tomado toda la carga de sus pecados y he llenado la medida de justicia por ellos por un largo tiempo. Durante ese tiempo mi cuerpo perdió toda la fuerza.

      No obstante, no me puedo dar por vencido, aunque mi cuerpo esté en esa condición.

      Si estas almas pueden tener tan solo otra oportunidad, yo seguiré soportando. Esta es la bondad de Dios con la que da oportunidades y espera.

      Anhelo que ninguno de ustedes pierda estas oportunidades que Dios les da. Tómenlas antes de que sea demasiado tarde.

      El segundo tipo de bondad demostrado a través del pastor es la bondad que espera el fruto.

      Dios el Padre nos da una oportunidad y luego no nos deja para que continuemos solos.

      Aunque no podamos aprovechar la oportunidad, Él no nos abandona enseguida. Aunque no nos levantemos como frutos de santidad, Él no se da por vencido con nosotros.

      Él cree que lograremos levantarnos como frutos hermosos y confía en nosotros.

      Sin embargo, en realidad hay almas que son tan lentas para cambiar que no muestran ninguna señal de cambio.

      Aunque tengan muchas oportunidades continuamente, no muestran ninguna indicación de que empezarán a cambiar.

      Si tan solo se piensa en obtener un fruto, así como algunos árboles, mejor es darse por vencido y sembrar otros árboles.

      Supongamos que usted ha regado un árbol, le ha puesto fertilizante y lo ha podado; pero si no hay señales de fruto alguno, es probable que sea mejor dejar de perder el tiempo y el dinero, y cuidar de otros árboles.

      Asimismo, hay casos en los que hay frutos en el árbol pero se ven muy débiles; pronto se caerán y dejarán de crecer.

      Algunas almas corresponden a esta categoría.

      No obstante, aun al ver estas almas, yo siempre tuve esperanza en ellas al verlas con los ojos de la fe y creyendo que algún día se levantarían como un buen fruto.

      Yo creo en ellas desde el fondo de mi corazón.

      Es por eso que he logrado ser paciente con ellas.

      Sin embargo, no solo esperé y continué con paciencia.

      Salmos 126:5-6 dice: «Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas». Como está escrito, yo llené la medida de la justicia en lugar de estas almas, con lágrimas por ellas.

      Me mantuve alimentándolas con la palabra de vida y sembré fe en ellas al mostrarles un gran poder creciente.

      Algunas veces no han querido tomar el pan de vida. No han querido creer en las obras claramente visibles del poder. Aun así, seguí sembrando las semillas con lágrimas por los últimos 35 años.

      Y cuando ha habido la mínima señal de cambio en ellos, me he regocijado más que ellos.

      He estado feliz, como si hubiera ganado un fruto hermoso en el momento.

      Es porque yo he confiado que se levantarán como frutos grandes y buenos al final.

      Aunque tuvieran nueve cosas malas y una buena, yo no me he fijado en lo malo sino en lo bueno en ellos.

      Y he hecho crecer esa única cosa buena para que se convierta en dos, o tres.

      Porque aunque el fruto ha sido débil en el momento, yo he creído que sin duda llegarán a ser frutos buenos al final.

      Aquellos frutos hoy se han convertido en frutos del espíritu completo, semi espíritu completo, espíritu y roca de la fe, y muchas personas los siguen.

      Ahora me están apoyando como pastores, ancianos, levitas y otros líderes en sus respectivas áreas.

      Si yo tan solo considero la realidad del pasado, parecía que había muchos que no podían crecer y dar fruto. Parecía que había almas con el corazón con tierra seca, y las semillas no podían germinar en ellas.

      No obstante, no me di por vencido tan solo porque las semillas no brotaron lo suficientemente rápido o porque los brotes no crecieron.

      Yo no me rendí tan solo porque no había indicativo de ningún fruto o porque los frutos no nacían.

      Tampoco me sentí desalentado tan solo porque el fruto era pequeño y débil. Ni siquiera me di por vencido con los frutos que fueron comidos por gusanos.

      Tan solo el Padre celestial conoce sobre todos estos años.

      Por esta razón Dios el Padre a menudo me elogia, porque sabe el tipo de corazón que he tenido todos estos años.

      Es porque ese tipo de corazón representa la bondad que habita en el corazón del Padre.

      Mi único gozo es que Uds. se levanten como hermosos frutos ante Dios el Padre.

      Anhelo que ustedes puedan sentir el corazón del Padre y el pastor quien cree y espera que cada uno de ustedes sin duda se levante como un fruto hermoso. Entonces, levántense como tales frutos.

      El tercer tipo de bondad que Dios el Padre ha mostrado a través del pastor es la bondad que permite tener discernimiento y comprensión.

      Hermanos: el hombre no puede siquiera comenzar a entender la profundidad de la bondad de Dios.

      Asimismo, la bondad a los ojos de las personas puede ser bastante diferente a la bondad a los ojos de Dios.

      Las personas pueden pensar que algo es bueno, pero ante los ojos de Dios puede ser malo. Lo que ante el hombre puede ser malo, quizás sea bueno para Dios.

      En 1 Corintios 2:13 leemos: «... de lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las enseñadas por el Espíritu, combinando pensamientos espirituales con palabras espirituales». En 1 Corintios 2:15 leemos: «En cambio, el que es espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado por nadie». Como está escrito, las cosas espirituales se pueden discernir solo por el espíritu.

      Lo carnal no puede discernir lo espiritual.

      Lo mismo se aplica para la bondad.

      Cuando las personas carnales ven las cosas que se hacen en el nivel espiritual, pueden interpretar lo bueno como algo malo.

      Podemos ver esto en la parábola de Mateo 20.

      El dueño del viñedo hizo algo bueno, pero los malos pensaron que estaban siendo maltratados y se quejaron contra él.

      El amo pagó la misma cantidad a los trabajadores que habían estado en su labor desde temprano en la mañana y a los que trabajaron solo un par de horas. Los que habían llegado en la mañana guardaron rencor contra el dueño.

      ¡Pero recibieron la paga acordada!

      Por lo que el dueño de la viña dijo en Mateo 20:15: «¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno?».

      Fue un acto de bondad, pero los que tienen maldad pueden juzgarlo y decir que es algo malo.

      He experimentado esto en muchas ocasiones en mi ministerio.

      He provisto ayuda económica para algunas personas, y otros se han quejado diciendo que no les he ayudado y que lo he hecho para los que no merecían recibir ayuda. He perdonado y mostrado bondad pero fui mal interpretado.

      Lo he hecho con comprensión de la profunda bondad de Dios, pero los demás me juzgaron.

      Dado que están en la carne y su corazón está lleno de maldad, no lograron sentir la bondad existente sino que juzgaron en lo natural.

      Es muy probable que los malhechores piensen que las demás personas también lo son y los mentirosos piensan que los demás también mienten al igual que ellos.

      Es por eso que debemos tener una comprensión clara de la bondad a los ojos de Dios.

      Esto significa que debemos discernir entre lo que está bien y mal ante los ojos de Dios.

      También debemos entender los niveles de bondad: su profundidad y su anchura; y alcanzar el nivel más alto de bondad.

      No deben pensar que son buenos si se están manteniendo entre sus límites. Deben saber que hay niveles más altos de bondad, y alcanzar esos niveles.

      Pero jamás entenderemos estas cosas a menos que Dios, quien es la bondad en sí, nos las enseñe y nos ayude a comprender.

      Es por esto que les he enseñado a través de muchos mensajes que Dios nos ha dado, para que puedan discernir entre lo bueno y lo malo y que logren avanzar hacia niveles más altos de bondad.

      Les he enseñado sobre la bondad con mucho detalle, incluso sobre cosas que piensan que son buenas pero que en realidad son malas ante los ojos de Dios.

      Solo entonces podemos alcanzar el nivel de la bondad que Dios quiere que logremos, y podremos evitar los tropiezos por nuestra arrogancia, por pensar que tenemos un buen corazón.

      En Mateo 13:49-50 leemos: «Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes».

      Dice que Dios apartará a los malos de entre los justos.

      Claro está que los justos en este caso no se refiere a los justos verdaderamente reconocidos por Dios.

      Estos son los que por error han sido considerado justos.

      Los que también se han exaltado a sí mismos considerándose justos, y como resultado serán apartados de Dios.

      Él discierne estas personas con precisión. Claro está que yo también tengo discernimiento.

      Puedo ver a aquellos que pretenden ser buenos por fuera pero que en realidad son malos por dentro; y aquellos que erróneamente piensan que son buenos a pesar de estar haciendo cosas malas.

      Pero jamás pensé que por ser malos y no ser veraces yo debía deshacerme de ellos.

      Simplemente intenté guiarlos por el camino en el que pudieran darse cuenta de la maldad que hasta entonces no han visto, y que pudieran cambiar.

      ¿No lograrían ustedes comprender así lo que es la bondad de Dios y alejarse de los malos caminos?

      Entonces ellos también podrán notar la maldad en lo profundo de su corazón y cambiar gracias a la bondad para que también puedan arrebatar una mejor morada celestial por la fuerza.

      A través del pastor de esta iglesia Dios el Padre les ha estado dando gracia constantemente para que puedan entender la bondad de Dios y alcanzar el nivel perfecto de bondad.



      [Conclusión]

      Amados hermanos en Cristo:

      El pasaje de hoy en Romanos 12:2 dice: «No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta».

      No obstante, esta generación camina hacia una maldad cada vez mayor y no puede discernir ni probar lo que es bueno o malo.

      Aunque escuchen sobre la verdad y deseen cultivarla, no es fácil cambiar un corazón que ha sido manchado por la maldad por un largo tiempo.

      Sin embargo, en esta iglesia ustedes escuchan con frecuencia sobre el bien y el mal y así reciben fortaleza, consuelo y poder para renovar su corazón.

      Y ahora estamos viendo frutos de cambio que están brotando.

      Todos ustedes deberían levantarse como frutos hermosos.

      En este nuevo año, ruego en el nombre de nuestro Señor que ustedes comprendan y practiquen la buena voluntad de Dios el Padre para complacerlo y habitar en Su perfecta voluntad.

      Amados hermanos: ¡Feliz Nuevo Año Lunar!


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