[Romanos 12:3]
26-05-2008 | Rev. Jaerock Lee
La Medida de Fe 5
El Primer Nivel de Fe
La Escritura: Romanos 12:3
“ Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.”
Amados Hermanos en Cristo:
Si un bebé no crece luego de nacer, con toda seguridad debe tener un gran problema. ¡Qué frustrante debe ser para los padres alimentarlo y bañarlo, sin ni siquiera poder conversar con él, ya que se ha quedado como un bebé!
Una criatura normal crecerá rápidamente, se hará más sensible, entenderá el corazón de sus padres, y también buscará agradarles llegando a ser alguien útil en la sociedad.
Sucede lo mismo con los creyentes que han vuelto a nacer por fe. Creer en Jesucristo y ser salvo NO ES EL FINAL DEL CAMINO. Ya que el espíritu de uno ha nacido de nuevo por fe, desde ese momento esa persona debe comenzar a crecer espiritualmente.
Es mi ferviente deseo que a través de este mensaje logren obtener verdadera fe espiritual con la cual lleguen a ser verdaderamente salvos, y que, asimismo, puedan crecer para alcanzar un nivel más maduro de fe.
Oro en el nombre del Señor, el autor y consumador de nuestra fe, para que consigan rápidamente llegar a la plenitud de la madurez de la medida de Cristo.
Amados Hermanos en Cristo:
Esta es la 5ta prédica de la Medida de Fe, y hoy les hablaré sobre el 1er nivel de fe.
Voy a dividir las medidas de fe en 5 diferentes niveles de acuerdo a las características de cada una\\\; y hoy comenzaré con la menor medida de fe. El 1er nivel de fe es la “Fe para ser salvo o para recibir salvación”. También es llamada, “La fe para recibir el Espíritu Santo”.
Cuando entendemos que Jesús es nuestro Salvador y lo aceptamos por fe, Dios nos da el don o regalo del Espíritu Santo. Por eso, es la fe que necesita para recibir el Espíritu Santo y desde el momento en que lo recibimos, tenemos la fe para ser hechos hijos de Dios y ciudadanos del reino de los cielos. Por eso digo que es el nivel fe con el cual llegamos a ser salvos.
Conforme al pasaje de 1ra de Juan 2:12, del cual hablamos en la prédica pasada, es el nivel de fe de un “Bebé o de un hijito”. Cuando los bebés nacen, inscribimos sus nombres en las oficinas del gobierno local o los municipios. De esa forma llegamos a se ciudadanos de Corea, de Perú o de cualquier otro país.
De la misma forma, cuando volvemos a nacer, recibimos el Espíritu Santo y llegamos a ser hijos de Dios, y a partir de ese instante, Dios nos llama, “Mi hijo o mi hija”.
En Hechos 19:2 vemos una pregunta que el apóstol Pablo formula, “¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis?” Los discípulos creían en Dios y habían también recibido el bautismo de Juan el Bautista, pero todavía no habían recibido el Espíritu Santo. Así, cuando Pablo dio testimonio de Jesucristo y les impuso manos, el Espíritu Santo descendió sobre ellos. Muchos dones del Espíritu se manifestaron como por ejemplo hablar en lenguas y profetizar.
Ahora bien, ¿Han recibido el Espíritu Santo cuando creyeron? Únicamente se llega a ser hijo de Dios cuando se recibe el espíritu Santo. El Espíritu Santo es una de las personas de la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Dios envía el Espíritu Santo al corazón de aquellos que oyen el evangelio y aceptan a Jesucristo. A fin de recibir el Espíritu Santo, primero debe oír el evangelio, las “buenas nuevas”, de Jesucristo.
Romanos 10:17 cita, “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” Es decir, llegamos a creer en el Señor sólo cuando entendemos quién es Jesucristo y por qué es nuestro Salvador. Por cierto, en este nivel esta fe es sólo fe mental o de conocimiento.
Todos ustedes saben muy bien por qué Jesucristo es nuestro Salvador. ¿O no? Desde la caída de Adán, toda la humanidad ha nacido con pecado original. Asimismo, han vivido en pecado toda su vida, obedeciendo al diablo, el señor del pecado. La humanidad entera estaba yendo por el camino de la muerte y la perdición porque eran pecadores que tenían no sólo pecado original sino también pecados propios.
Hay muchas personas que dicen ser buenas, pero a la luz de la verdad, son claramente pecadores. Al igual que la más mínima partícula de polvo es revelada y vista con una luz brillante, aun la maldad más oculta y escondida será revelada a la luz de la Palabra de Dios.
Como está escrito en Romanos 3:10, “No hay justo, ni aun uno”, nadie está sin pecado de acuerdo a la ley de la justicia. Sin embargo, Romanos 6:23 nos dice, “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”
Note que decimos, “Cristo Jesús Señor nuestro” pero abreviando, decimos nuestro Señor o sólo Señor. El apóstol Pablo usaba esta expresión en diversas ocasiones. Frecuentemente decía Cristo Jesús, Señor nuestro, y Abba Padre.
Los pecadores deben sufrir la pena de muerte. Pero Jesús pagó ese castigo por los pecadores, asumiendo esa condena al morir en la cruz. Sin embargo, como Jesús era inocente, pudo vencer la autoridad de la muerte y resucitar el tercer día.
Todos aquellos que creen en este hecho son perdonados de sus pecados y son salvos por el poder de la sangre de la cruz. En Hechos 2:38.39, vemos a Pedro aconsejando al pueblo luego de predicar el evangelio. Cita el pasaje, “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados\\\; y recibiréis el don del Espíritu Santo. (El Espíritu Santo es un don o regado gratuito de Dios. Es Su gracia. Continúa la cita) Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos\\\; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.”
De igual forma, si oye el evangelio, abre su corazón, se arrepiente por ser un pecador, y recibe el perdón de sus pecados, entonces Dios enviará el Espíritu Santo a su corazón.
Para recibir el Espíritu Santo, se realizan cultos especiales de avivamiento o de sanidades. Nuestra Iglesia celebra una vez al mes un culto especial de oración por el Espíritu Santo. Los que aún no han recibido el Espíritu Santo pueden asistir a estas reuniones y recibirlo. Los oradores hablan principalmente de por qué Jesús es nuestro Salvador ya que la mayoría de los participantes son nuevos creyentes. Al entender por qué Jesús es nuestro Salvador y creer en Él, podrán recibir el Espíritu Santo cuando oren por ellos.
Si aceptan al señor y reciben el Espíritu Santo, entonces su nombre será escrito en el Libro de la Vida como hijo de Dios, y recibirá la ciudadanía del reino de los cielos. En el Libro de la Vida, Dios registra el año, el mes y el día en que han recibido el Espíritu Santo.
Si un bebé nace en este mundo, inscriben en el municipio o en la oficina de gobierno local la fecha del nacimiento. Funciona de la misma forma en el reino espiritual. Al igual que registramos el nacimiento de un bebé en la entidad de gobierno local, su nombre está escrito como ciudadano salvo del reino de los cielos.
Como se cita en Juan 1:12, “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”\\\; usted recibe el derecho de ser hijo de Dios cuando recibe el Espíritu Santo.
¿Son ustedes hijos de Dios? Son hijos del Dios de todo espíritu. Son Sus hijos e hijas. Tiene ese derecho desde el 1er nivel de fe. Y en tanto su fe crezca, su derecho y autoridad también serán cada vez mayor y tendrán poder sobre el diablo y Satanás.
Si llegan al 5to nivel de fe, que significa que han logrado un espíritu perfecto, tendrán una enorme autoridad. Su fe no será mero conocimiento, sino que creerá en su corazón. Creerán que Jesús fue concebido y vino a este mundo por medio de una virgen, y que murió y resucitó. Creerán que Jesús es su Salvador personal, que regresará por cada uno de ustedes, y que los creyentes resucitarán en el día final.
Algunos dicen, “He venido asistiendo a esta iglesia por muchos años, pero en verdad no puedo creer.” Dicen esto porque en realidad ignoran la Palabra de Dios. No creen en los 66 libros de la Biblia. Si lo hicieran, procurarían vivir por la Palabra, pero no lo hacen.
Aun cuando oyen que va a ver un juicio y que irán al infierno si continúan pecando, aún así no creen. A pesar que escuchan que Dios abrirá las puertas de los cielos para bendecirlos hasta que sobreabunde, no lo creen y por eso no obedecen. Dudan y no pueden tener la fe necesaria para creer en su corazón.
En realidad no podemos creer estas cosas por medio del conocimiento y del razonamiento humanos, pero podemos creerlo con nuestro corazón con la ayuda del Espíritu Santo.
Por eso, aquellos entre ustedes que obedecen lograrán tener la fe necesaria para realmente creer. Además, si continúan obedeciendo, su fe será cada vez mayor\\\; y también, verán numerosas obras del Dios viviente. Las experimentarán y vivirán. Y así, su fe será más y más grande.
Por cierto, esta fe aún no es perfecta. Es tan sólo del tamaño de un grano de mostaza. Al igual que una semilla de mostaza crece hasta llegar a convertirse en una frondoso y gran árbol, tienen que aumentar su “poca o pequeña fe” hasta que llegue a ser una gran fe viviendo una buena y correcta vida cristiana.
A través de estos mensajes sobre los 5 niveles de fe, les pido por favor que chequeen su actual condición de dónde o en qué nivel se encuentran y a qué morada celestial podrían ir ahora. Entonces, si avanzan y arrebatan el reino de los cielos a la fuerza, su fe se hará aún mayor.
Amados Hermanos en Cristo:
En el 1er nivel de fe, ustedes han recibido el Espíritu Santo y su nombre está escrito en el Libro de la Vida en el cielo, pero todavía no han hecho nada por Dios ni por Su reino. No han luchado ni han echado fuera el pecado de sus vidas escuchando y obedeciendo la Palabra de Dios. No han trabajado fielmente por el reino de Dios ni han asumido labores ni funciones en la iglesia.
Por ejemplo, el criminal que fue salvo en el capítulo 23 de Lucas, pertenece a este 1er nivel de fe. Cuando Jesús estaba siendo crucificado, había 2 criminales quienes también estaban siendo crucificados, uno a cada lado de la cruz de Jesús.
Uno de ellos se unió a la gente perversa burlándose e insultando a Jesús, pero el otro lo reprendió y confesó su fe en Jesús.
Lucas 23:42 cita, “Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.” Le encomendó su espíritu a Jesús. Entonces, Jesús le respondió, “De cierto te digo (Este es Jesús dirigiéndose al criminal. Continúa la cita) que hoy estarás conmigo en el paraíso.
Este criminal aceptó a Jesucristo como su Salvador y recibió la promesa del reino celestial en el último instante de su vida. Cuando uno es salvo de esta manera, su morada celestial será el Paraíso.
En la Biblia, Jesús usa la palabra “Reino de los cielos”. Además, en Apocalipsis, encontramos el término Nueva Jerusalén. Dice que el trono de Dios se encuentra allí. Además, hay otra expresión, “Paraíso”. Como el reino de los cielos está dividido en varias partes o lugares, se usan diferentes expresiones para referirse a él.
Cuando lee estos pasajes, y si ora con fe un poco al respecto, de una u otra forma, llegará a entender que el reino celestial está dividido en varios lugares. Dios lo ha dejado escrito de tal manera para que podemos darnos cuenta en cierta medida a dónde vamos a ir. La Biblia menciona, “Los cielos de los cielos”, queriéndonos decir que hay diversos cielos”. También, la Palabra señala que el Paraíso está en el 3er cielo.
No obstante, algunos creyentes, que todavía enseñan a otros, no comprenden estas cosas. Algunos piensan que en el reino de los cielos sólo está la Nueva Jerusalén. Por eso, enseñan que luego de morir todos irán a la Nueva Jerusalén.
El libro de Apocalipsis nos dice qué clase de personas irán a la Nueva Jerusalén. Nos dice que para entrar a la santa ciudad debemos de lavar nuestras ropas. Hay muchos lugares en la Biblia donde se mencionan estas cosas, pero muchos no quieren o no pueden entenderlo.
Yo ya les he explicado que al decir Jesús, “…hoy estarás conmigo en el paraíso”\\\; no quiso dar a entender que su morada estuviera en el Paraíso, sino que lo dijo porque Él es Señor de todo el reino de los cielos. Sin embargo, si el criminal hubiera vivido una vida de fe luego de recibir la salvación, el resultado podía haber sido diferente.
Pudo haber vivido siguiendo la dirección del Espíritu Santo en la medida que el Espíritu tocara su corazón. Pudo haber echado fuera sus pecados, circuncidar su corazón y servir fielmente en el reino de Dios predicando el evangelio y sirviendo a los demás.
De esa manera, no se hubiera quedado en el 1er nivel de fe sino que hubiera crecido en su fe al 2do o 3er nivel. Y así no se hubiera quedado en el Paraíso sino que hubiera obtenido una mejor morada en el cielo.
Es lo mismo con ustedes. Si han recibido el Espíritu Santo y son salvos por fe, no deben quedarse allí sino deben seguir creciendo en su fe. No deben permanecer como alguien que simplemente declara, “Señor, yo creo,” pero que en verdad no es diferente a la gente del mundo. Su vida misma tiene que cambiar y deben vivir una vida cristiana.
Dios nos está diciendo que abandonemos nuestra antigua forma de vivir y que seamos una nueva criatura. Nos dice que dejemos esa pasada forma de vida que teníamos antes de aceptar al Señor. Ahora somos una nueva creación. Debemos ser nuevas personas en Cristo. Nuestra vida debe cambiar. Debemos vivir una vida cristiana.
Es decir, oír y aprender la Palabra de Dios\\\; obedecer y poner en práctica lo que han aprendido para santificar su corazón
Deben predicar el evangelio, servir en la iglesia y orar. Trabajar fielmente para la extensión del reino de Dios. Deben anhelar una mejor morada en el cielo y tomarla a la fuerza.
Amados Hermanos en Cristo:
Ya les he dicho que los que son salvos en el 1er nivel de fe irán al Paraíso. Ahora se preguntarán, ¿Qué clase de lugar es el Paraíso? Es el lugar más modesto y humilde para vivir en el cielo. Y sin embargo, es tan hermoso, alegre, feliz y pacífico que no puede compararse con ningún lugar en esta tierra.
Incluso en este mundo hay muchos lugares turísticos famosos y áreas muy hermosas. Algunos de ustedes han tenido la oportunidad de visitarlos o al menos los han visto por la TV o en fotos.
Ahora, tan solo traten de imaginar en el más bello, placentero, y alegre lugar que puedan recordar o siquiera imaginar. El cielo es resplandeciente, claro y azul. Nubes blancas parecen flotar como en una pintura.
Hay una hermosa playa con arena blanca, suave, limpia y brillante. El mar es tan claro que pueden mirar a través de las aguas como en un vidrio. Muchas clases de peces de hermosos y deslumbrantes colores nadan alrededor de arrecifes de coral. Hay infinidad de bellísimas plantas y árboles. Flores de exóticos y hermosos colores brotan en toda su amplitud y pueden oler su fragancia en toda dirección. Praderas de suaves pastos se extienden sin fin. En un ambiente y clima agradable, sin sentir frío ni calor, pueden escuchar las risas felices de personas aquí y allá. Si vieran tan bello y pacífico lugar en esta tierra, aun los que no creen dirían, “Es el cielo” o “Este es el Paraíso en la tierra”
Sin embargo, aun el más bello lugar es esta tierra ni ninguna otra cosa que se imaginen, podrá compararse con el Paraíso en el reino de los cielos. Una hoja o un arbusto son simplemente tan diferentes a los de esta tierra. Tan sólo la pluma de un pajarito tiene diferentes colores, brillo y suavidad. Nada cambia o perece allí, ni siquiera una pluma cae. Por eso, si alguien va al Paraíso, a ese hermosísimo lugar de ensueño, no podrá sino ser tocado por el inmenso amor de Dios y dirá, “Cómo alguien como yo ha podido recibir esta gracia”
El agua transparente de vida que sale del trono de Dios rodea la Nueva Jerusalén, el 3er, el 2do y el 1er reino de los cielos y desemboca en el Paraíso. A cada uno de los lados del río del Agua de Vida están los árboles de vida. Cada árbol da 12 diferentes clases de frutos cada mes. 12 tipos de frutos diferentes nacerán. En cada árbol de vida, nacerán 12 clases de frutos diferentes. En este mundo, un árbol produce sólo una variedad de fruto. Los manzanos dan manzanas. Los árboles de peras producen peras. Sin embargo, en el cielo un árbol producirá doce diferentes clases de frutos cada uno con un diferente sabor y gusto.
Además tienen un aspecto delicioso. Si los pone en su boca, se derretirán y disolverán. Por eso no tendrán nunca que ir al baño porque todo se disuelve. Los que han visto el Paraíso con ojos espirituales deben haber observado muchos jardines bien decorados con un amplio y espacioso césped muy bien cuidado.
Cuando fallecen algunos que sólo han llegado a aceptar al Señor y no han sido fieles a Dios, justo antes de morir ven algunas cosas en sueños y se las cuentan a su familia. Ellos han visto el Paraíso y se lo han contado a su familia.
Hay un prado verde que se extiende sin fin y también hermosas flores. La gente se junta en grupos para conversar alegremente. Les dicen a sus hijos o familiares acerca del cielo que han visto. Si conocieran bien la Biblia les dirían que han visto el Paraíso, pero como no lo hacen, tan sólo les dicen que han visto el cielo. Y animan a sus hijos a vivir una buena vida cristiana.
También hay numerosas aves que entonan sonidos musicales, flores que brotan y despiden deliciosas esencias\\\; y pueden comer toda la fruta que quieran de los árboles.
No hay enfermedades, ni muerte, ni animales peligrosos ni desastres. No hay pena ni dolor. Como no existe pecado ni maldad, no hay problemas entre las personas. No hay nada que cause dolor, tristeza ni contrariedad. No hay celos, ni envidia, ni odio o rencor, ni ningún tipo de sentimiento negativo ni malvado en el reino de los cielos. No hay nada ni siquiera parecido a eso. No hay malos olores, ni tampoco tendrá que ir al baño. No hay moscas, ni mosquitos ni insectos dañinos. No hay nada de eso.
¿Les gustaría vivir para siempre en este Paraíso? Claro, el Paraíso es un buen lugar. Estamos tan agradecidos por ser salvos y por no haber caído en el castigo eterno del infierno. Pero no debemos estar satisfechos sólo con esto. Definitivamente debemos avanzar hacia una mejor morada y lugar celestial.
Sin embargo, no importa lo bello y bueno que pueda ser el Paraíso, la felicidad y alegría allí no puede ser comparada con la del 1er reino. Y hay diferencias comparativamente mayores entre las mejores y más altas moradas en el cielo.
Permítanme darles algunos ejemplos. Les acabo de pedir que se imaginen la belleza del Paraíso, pero ¿Qué otras cosas vienen a su mente cuando oye la palabra “Cielo”?
Tal vez puedan pensar en espléndidas casas como castillos hechos de oro puro y joyas preciosas. O quizás se vean vestidos como príncipes y princesas llevando coronas gloriosas. Pueden imaginarse a los ángeles ministrándolo o viajando en nubes como si fueran automóviles. También, pueden imaginar a ángeles sirviéndolo como a su amo. Pero esto no sucede en el Paraíso.
Los que vayan al Paraíso no recibirán ninguna recompensa celestial, ni coronas, ni moradas individuales. Tampoco, tendrán ángeles que les sirvan. Si tan sólo pasa del 1er nivel de fe al 2do nivel, tendrá una morada personal. Sin embargo, en el Paraíso, no hay lugares ni moradas individuales. Los que lleguen al 2do nivel de fe tendrán ángeles pero no estarán sólo para su cuidado y atención. ¿Por qué es esto? Es porque las recompensas en el cielo son otorgadas solamente cuando accionamos y hacemos algo por fe para el reino de Dios.
En el 1er nivel de fe, uno sólo recibe la salvación, por eso no puede hacer tesoros ni acumular recompensas arriba en el cielo. Estará simplemente tan agradecido por no haber ido al infierno que no esperaba recibir ninguna recompensa de Dios. Por cierto, aun cuando no tengan casas individuales, eso no significa que duermen todo el tiempo en las colinas o en el césped. Incluso en este mundo, tenemos diversos locales o centros públicos de atención a la comunidad disponibles, y muchas personas se benefician de ellos.
De la misma forma, hay estos lugares comunitarios donde las personas se reúnen y descansan cómodamente allí. Además, no hay problemas ni incomodidades entre ellos aun cuando usan todas las cosas en común. Como en el cielo no hay maldad, los unos sirven a los otros, por eso son felices.
Sin embargo, no importa lo feliz que pueda ser el Paraíso, espero que ninguno de ustedes diga, “Estoy satisfecho con ir sólo al Paraíso.” Tiene que liberarse de sus deseos de aceptar, participar y disfrutar de las cosas materiales en esta tierra, y debe tener el anhelo espiritual por ser recompensado ante Dios. Nuestro Señor tuvo este mismo deseo e incluso Moisés también lo tuvo. Con este anhelo ellos fueron fieles a Dios.
Si realmente tiene fe, definitivamente anhelará una mejor morada en el cielo. Ahora bien, tener ese anhelo espiritual no es sólo declarar con palabras, “Quiero ir a una mejor morada celestial,” sino también debe tener las condiciones necesarias para merecer esa mejor morada.
Las condiciones son guardar y cumplir con la Palabra de Dios, echar fuera toda maldad de su corazón, y hacer los cambios en su vida para llegar a santificarse. Si empieza la buena batalla para apropiarse de la mejor morada en el reino de los cielos, es el comienzo del 2do nivel de fe.
Aprenderemos sobre el 2do nivel en la siguiente prédica.
Amados Hermanos en Cristo:
Algunos dicen, “Ahora voy a vivir la vida y cuando sea viejo iré a la iglesia”. Han escuchado el evangelio y lo tienen en su mente como conocimiento, pero todavía aman al mundo y no quieren vivir una vida en Cristo. Pero, ¿Quién puede saber el día en que morirá?
Probablemente nuestros hermanos puedan decir que no morirán hasta mañana porque Dios los protegerá. Había 2 hermanas quienes me dieron su testimonio. Luego de la vigilia del viernes, cuando estaban regresando a su casa, un camión de 3.5 toneladas chocó contra su carro. Yo vi la foto y el carro estaba completamente destruido. Estaba totalmente aplastado de arriba abajo y por ambos lados. Y esas dos hermanas estaban dentro del carro. ¿Qué creen ustedes que les pasó? En ese momento, el hijo de una de ellas estaba pasando por el lugar. Vio la escena del accidente y pensó que los que viajaban en el carro habían muerto en forma instantánea.
Observen el carro. Pero nuestras hermanas salieron ilesas. Ni siquiera sufrieron un rasguño. ¿Quién fue el hombre que pensó que las hermanas habían muerto? El de la derecha. ¿Cierto? Su hijo estaba pasando por el lugar del accidente en su carro y pensó que los ocupantes debían haber muerto inmediatamente. No sabía que su madre estaba en ese carro. Así están protegidos los miembros de la Iglesia Manmin.
Tengo un pedido de oración de China. Esta persona no fue protegida de un accidente de tránsito, y en la carta dice “No guardé el día domingo. No fui al culto.” No fue protegido porque no guardó el día domingo para el Señor. Si va al culto el día domingo\\\; es decir, si guarda el día del Señor, entonces Dios lo protegerá aun si alguien comete un error y choca contra su carro. Además, con toda seguridad que Dios protegerá su cabeza. Como promedio, cada semana, hay 2 o 3 personas que me dicen que han sido protegidas de accidentes de tránsito. Es porque somos muchos en la iglesia. Por eso, les pido por favor que no cometan esa clase de faltas cuando manejen.
¿Por qué hay tantos accidentes? En unas ocasiones, algunos miembros mayores de la iglesia se caen de las escaleras rompiéndose sus piernas y vienen para que ore por ellos. Hermanos mayores, por favor tengan más cuidado. Cuando bajen y suban las escaleras, por favor sujétense de la baranda. No digan que sus piernas son fuertes para sostenerlos.
Ante todo: Seguridad. Entonces no cometerán imprudencias. Por favor no se precipiten al subir o bajar las escaleras y vayan a caerse. Si toman sus precauciones no se caerán.
Además, si supieran el día en que van a morir y trataran de vivir una vida en Cristo, ¿Estarían seguros de recibir en ese momento la fe para ser salvos? El Espíritu Santo es un don de Dios que es dado por Su gracia. No podemos recibirlo cuando queremos.
Es lo mismo con la vida, la muerte, la dicha y la desdicha. Incluso cuando confesamos que creemos, no podemos entrar al reino de los cielos a menos que se nos de la fe necesaria y recibamos el Espíritu Santo. En algunos casos, en el mismo lecho de muerte, hay una feroz guerra espiritual por la salvación de ese espíritu.
Algunos con sus ojos espirituales abiertos, pueden ver dos ángeles y los mensajeros del infierno que vienen al mismo tiempo y luchan por llevarse, cada uno a su lado, el espíritu y el alma del fallecido. Los ángeles procuran que esa alma reciba la salvación y los mensajeros del infierno tratan de llevársela al infierno.
Estos casos suceden cuando uno ha recibido el Espíritu Santo, pero no ha vivido una buena vida cristiana, o cuando ha tenido poca fe debido al muro de pecado que ha levantado contra Dios al cometer pecados graves.
Aman demasiado al mundo y no han podido cortar con las cosas mundanas. Por eso no tienen la fe suficiente para ser salvos. Si viven de acuerdo a la Palabra de Dios y andan en la luz, todos tendrán la fe para ser salvos. Sin embargo, en ese caso, justo antes de expirar, sentirán miedo porque no tienen la fe para ser salvos.
¿Por qué tienen miedo? Es porque mientras más cerca están de la muerte sus ojos espirituales son abiertos y pueden ver. Ven el reino espiritual. Ven a los 2 ángeles en trajes blancos y los otros 2 mensajeros del infierno con capas negras.
Están ahí para llevárselos. Sin embargo, ahora mismo no tienen la fe necesaria para recibir la salvación. Por eso tiemblan de temor y sufren mucho. Están tan atemorizados. Podemos verlos sufrir tanto. Pueden compararlo a alimentar un fuego con más llamas. Pero luego es como si dejara el fuego casi apagándose o echara agua para que apenas viva.
En este caso, los que se encuentran alrededor deben sembrar fe en los que están a punto de morir y hacerlos oír himnos sobre el reino de los cielos para darles esperanza. Y así, si la gracia de Dios desciende sobre ellos, se arrepentirán y recibirán la seguridad de su salvación.
Algunos que están muriéndose ni siquiera pueden pronunciar una palabra. No tiene la fuerza suficiente. Sin embargo, a pesar que pareciera que no son capaces de arrepentirse, lloran cuando lo hacen. Lloran mucho. Aunque no sucede en todos los casos, los miembros de nuestra iglesia ven un arco iris en el cielo durante el funeral y por eso tienen la seguridad que sus familiares son salvos.
Algunos me hacen esta pregunta. “Mis padres no creían, pero justo antes de morir, aceptaron el evangelio y confesaron que creían y luego murieron. Así que, ¿A qué lugar en el cielo irán? Ellos fueron buenos. ¿Dónde van a ir?”
¿Dónde creen que van a ir? Ya tienen una respuesta clara. ¿Lucharon contra el pecado? ¿Acumularon o atesoraron recompensas en el cielo? Tan sólo recibieron con las justas la salvación. Deben tener cuidado al usar la palabra “buenos”. ¿Por qué no aceptaron el evangelio antes, aun cuando ustedes se lo predicaron y procuraron sembrar fe en ellos? ¿Por qué lo aceptaron justo antes de morir?
En ese caso no podemos decir que en realidad eran buenos. Deben comprender qué cosa es la bondad y qué cosa es ser bueno. Pueden ver claramente que sus padres recibieron apenas la salvación y fueron al Paraíso. Se que como hijos, desean que sus padres vayan al mejor lugar en el cielo y por eso me hacen esa pregunta. Pero no puedo mentirles. No puedo tampoco simplemente decirles, “Sus padres fueron sólo al Paraíso”. Sólo puedo sonreírles. Así que por favor entiendan mi situación.
Antes que sus padres fallecieran, justo antes de morir o unos días antes, deben llamar a un siervo poderoso de Dios, tal vez sus pastores de la comunidad o del distrito. Deben invitar a un hombre con el poder de Dios.
Deben celebrar un culto de adoración en el momento del fallecimiento. Y la familia debe cantar alabanzas sobre la sangre del Señor y también alabanzas de arrepentimiento. Es muy bueno entonar alabanzas sobre la sangre del Señor y del reino de los cielos, para que así puedan tener esperanza por el cielo
Es mejor cantar alabanzas de la sangre del Señor para que sus pecados sean lavados. No deben cantar cualquier tipo de alabanzas. No deben entonar algo como “Jesús, Jesús”. Asimismo, sería bueno que el siervo de Dios orara echando fuera a los espíritus malignos. Todos ustedes pueden orar echando fuera a los demonios. Amen. Como hay mensajeros del infierno que han venido para llevarse el alma, si oran enérgicamente con poder espiritual, no podrán ni siquiera acercarse. Deben mantenerlos alejados con una enérgica oración para que no puedan capturar los pensamientos de la persona. Entonces, podrán sembrar la semilla de fe con alabanzas y oración. Podrán guiarlo al arrepentimiento al enfrentar la muerte.
Luego, tendrán le fe suficiente para arrepentirse. Aun cuando no puedan llorar y arrepentirse completamente, si al menos se arrepienten por no haber llevado una vida cristiana o por no haber aceptado al Señor antes cuando sus hijos se lo predicaron, y sólo por haberlo hecho ahora. Entonces, llorarán y sus rostros cambiarán y se volverán más amables y calmados.
Sus rostros reflejarán paz. ¿Por qué? Porque ahora tienen fe para ser salvos, los mensajeros del maligno se irán y ahora verán a los 2 ángeles que vienen para llevarlos. Por eso tienen paz. Por eso sus rostros han cambiado. Y cierran sus ojos tranquilamente. No morirán con los ojos abiertos.
Los que mueren en paz lo hacen con los ojos cerrados. Por eso, no tienen que cerrarles los ojos. Pero los que no son salvos no pueden cerrar sus ojos por el abrumador temor que tienen. La mayoría de los no creyentes abren sus ojos al morir y otros se los tienen que cerrar. Pero ese no es el caso de los creyentes.
Ellos mueren tranquila y pacíficamente con sus ojos cerrados. ¿O no es así? Cuando estuve muerto por un momento. ¿Abrí o cerré mis ojos? Los que me vieron en esa ocasión. Si, los ojos están cerrados cuando uno va al cielo y tiene paz. Por eso, cuando su familiar este en el lecho de muerte, deben saber estas cosas y celebrar un culto de adoración. Pero para los que tienen una fe grande, no necesitan hacer estas cosas.
¿Por qué? Los mensajeros del infierno de ninguna manera vendrán. Estas personas tienen fe y los mensajeros del infierno comoquiera no podrán llevárselos. Sólo los 2 ángeles vendrán y esperarán en el cielo. Estarán vestidos de blanco. Y cuando el alma muera, se la llevarán. ¿Por qué? Es porque el alma no conoce el camino. Los 2 ángeles vendrán y llevarán el alma al alto sepulcro, el lugar de espera para los salvos. Entonces, tendrán paz en su corazón y con un rostro resplandeciente exhalarán su último aliento.
Sin embargo, en esta clase de situación de estar frente a la muerte, si lo peor sucede y no recibe la fe suficiente al expirar, ¡Qué peligrosa circunstancia es esta ya que puede ir al infierno!
El asunto más importante en este mundo es la salvación de nuestro espíritu. No sólo debe esperar tener buena suerte diciendo, “De seguro me salvaré de cualquier manera”.
Debe vivir una vida cristiana con la llenura del espíritu Santo teniendo la seguridad de su salvación y la esperanza por el reino de los cielos.
Si alguno de ustedes aún no ha recibido el Espíritu Santo, le animo a que pida la gracia de Dios y pida el Espíritu Santo, y lo recibirá.
Además, si ya han recibido el Espíritu Santo, los aliento a que no se queden allí, sino que vivan una vida cristiana más diligente para que así puedan ir a una mejor morada en el cielo.
Ahora es el momento cuando la puerta de la salvación está abierta para usted y tiene la oportunidad de ir a una mejor morada en el reino de los cielos.
Como está escrito en Isaías 55:6, “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.”
Oro en el nombre del Señor para que aprovechen esta oportunidad, rediman al máximo su tiempo y tomen el reino de los cielos a la fuerza.
AMEN