• ¡Gloria! - Domingo del 35.o aniversario

    [1 Corintios 15: 10]

    08-10-2017 | Rev. Jaerock Lee

    • [Pasaje]

      1 Corintios 15: 10
      «Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo».



      [Introducción]

      Amados hermanos en Cristo,

      Hoy celebramos el 35.º aniversario de nuestra iglesia.

      Demos todas las gracias y la gloria a Dios la Trinidad, quien ha creado esta iglesia y la ha guiado hasta el día de hoy en Su buena voluntad para con todos los pueblos del mundo.

      Doy la bienvenida a todos los visitantes nacionales y extranjeros que han venido a celebrar esta significativa ocasión juntos en el nombre de Nuestro Señor.

      Quiero dar gracias a todos los pastores, misioneros, obreros y miembros que han estado con nosotros hasta hoy.

      En la última de la vigilia entera del viernes, estuve delante del pastel del 35.º aniversario como el pastor principal de la iglesia.

      En este glorioso podio, di gloria a Dios el Padre y el Señor, y fui felicitado por muchas personas.

      Pero yo solo tenía un pensamiento.

      «Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo».

      Esta es la confesión que proviene desde lo profundo de mi corazón y que he tenido sin vacilar durante los últimos 35 años.

      En este mensaje, les hablaré acerca de cómo la Iglesia Manmin ha logrado darle la gloria a Dios infinitamente por los últimos 35 años.

      Yo ruego en el nombre de Nuestro Señor que ustedes reciban mucha gracia y la llenura del Espíritu en este servicio.



      [Mensaje Principal]

      Amados hermanos en Cristo y visitantes:

      La primera razón por la que la iglesia Manmin ha logrado salvar muchas almas y dar gloria a Dios es porque no pensó que hizo nada en absoluto.

      La gente se enorgullece cuando ha logrado algo, aunque sea algo pequeño.

      Incluso pueden ser excesivamente confiados y arrogantes, y pensar que pueden hacer cualquier cosa.

      Pero yo nunca podría albergar tales pensamientos.

      A través de mi oración, huracanes, inundaciones, sequías y epidemias han sido eliminadas y la gracia del Señor ha descendido sobre millones o incluso miles de millones de personas, pero no me atrevería a sentirme envanecido.

      Con el fin de recibir de Dios Sus palabras profundas y secretas para predicarlas, yo he ayunado mucho más a menudo de lo que he comido; y he orado en vigilias enteras más a menudo de lo que he dormido. Y, sin embargo, no podría ser arrogante.

      Es porque sé muy bien que, si Dios no está conmigo, yo no soy nada.

      Antes de conocer a Dios solo estuve esperando la muerte, con todo mi cuerpo enfermo excepto mis dos ojos.

      No pude ser una persona normal, menos aún la cabeza de la familia. Fui despreciado por muchas personas.

      No obstante, Dios vino a mi vida y tuve un encuentro con Él.

      El momento que me arrodillé ante Él, sanó todas mis enfermedades al instante.

      Él también me llamó como un siervo del Señor.

      En mayo de 1978, Dios me habló durante mi oración, y dijo: «Mi siervo, a quien he elegido antes de los tiempos, te voy a utilizar. Cruzarás montañas, ríos y mares, y donde quiera que vayas estaré contigo, y harás que todas las naciones sepan que estoy vivo».

      En realidad, fue muy difícil obedecer el llamando de Dios en ese momento.

      Fui sanado de mis enfermedades, pero tenía una enorme cantidad de deudas causadas por mis siete años de enfermedad. Yo era solo un hombre ordinario criando tres hijas en una casa con una sola habitación.

      No estaba seguro de que yo pudiera estudiar teología porque ya estaba un poco mayor y yo no tenía el poder de la memoria.

      Yo no consideraba que podía estar ante la gente porque tengo mi personalidad introvertida.

      Lo único que tenía entonces fue mi experiencia de ser sanado de mis enfermedades y la vida espiritual que recibí por ser perdonado de mis pecados a través de la sangre de nuestro Señor Jesucristo.

      Dado que Dios conocía mis pensamientos y situaciones, me dijo lo siguiente:

      «Yo te he escogido desde antes de los tiempos, y te he guardado con mis ojos poderosos hasta hoy.

      Tu esposa cuidará de tu tienda, y tú empezarás el camino para convertirte en mi siervo.

      Luego vosotros ganaréis más que la cantidad que podéis ganar ambos juntos.

      Su dinero no se agotará; tu reserva de arroz nunca estará vacía; vosotros podréis ayudar a los demás.

      Es Dios quien te puso en el lugar más bajo y también es Dios que te ha guiado y te guiará en el futuro.

      Ahora entenderás por qué te llevé al lugar más bajo de la vida.

      Te voy a levantar hasta el lugar más alto con mi poder».

      A medida que Él me hablaba, yo aún no era nada, pero Él me hizo Su instrumento para predicar el evangelio por todo el mundo, cruzando montañas, ríos y mares.

      Innumerables almas han salido de los lazos de la idolatría y han sido sanadas de enfermedades incurables.

      Hoy en día, muchos pastores y líderes llevan los pañuelos sobre los que yo he orado y están ganando muchas almas en todo el mundo, cruzando las montañas, ríos y mares.

      Además, el evangelio de la santidad y el poder de Dios se difunden en todo el mundo, agregando al número de los salvos.

      Mis oraciones, las cuales transcienden el tiempo y el espacio, manifiestan las obras de la re-creación en este mundo que sufre una gran cantidad de desastres naturales, y han revelado profecías en la Biblia acerca de los tiempos finales.

      Cuando hemos dado la gloria al Señor solamente, Él nos ha permitido darle todavía más gloria.

      Nuestro Padre Dios y el Señor han recibido la gloria a través de mí, que no es nada, y a través de todos los obreros de Manmin que sirven con humildad. ¡Démosle toda la gloria a Dios el Padre una vez más!

      Ruego en el nombre del Señor que cada uno de ustedes se convierta en un precioso instrumento que dará la gloria únicamente a Dios.

      Amados hermanos e invitados:

      La segunda razón por la que Manmin ha logrado ganar muchas almas y dar gloria a Dios por los últimos 35 años es porque no llegamos a considerar nada como nuestro.

      El apóstol Pablo renunció a muchas cosas para así cumplir la voluntad del Señor.

      Pablo lo explicó así:

      1 Corintios 9:4-5 dice: «¿Acaso no tenemos derecho de comer y beber? ¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana por mujer como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?».

      Y en la última parte del versículo 7 leemos: «¿Quién planta viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño y no toma de la leche del rebaño?».

      Pablo estaba diciendo que él tenía todo el derecho de tomar lo que necesitaba para su trabajo duro como apóstol del Señor, pero él no lo haría.

      Sin embargo, tal como dice en la última parte del versículo 12: «Pero no hemos usado de este derecho, sino que lo soportamos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo».

      Él renunció a sus derechos porque temía que algunos creyentes pudieran tener malentendidos y rechazar el evangelio, pensando que estaba buscando dinero y que consideraba las cuestiones personales más importantes que el ministerio.

      Hermanos: yo puedo entender este sentir de Pablo muy bien.

      Por lo que a mí respecta, nunca he considerado mi tiempo y mi dinero como de mi propiedad, como algo que puedo usar como me plazca.

      Hasta la fecha, siempre he considerado que todo lo que tengo le pertenece a Dios, incluso mi esposa, mis hijas, mi vida y mi corazón.

      Por lo tanto, pueden imaginar que yo invertiría todo lo que tengo.

      ¿Cómo podría utilizar el tiempo y el dinero de nuestro Señor para mi beneficio personal?

      Siempre que he tenido tiempo, he orado, he ayunado y trabajo para Su reino.

      Estoy concentrado en la oración en mi casa de oración según la voluntad de Dios el Padre, pero antes de que esto comenzara, yo nunca dejé la predicación, ni siquiera por una semana, excepto en ocasiones tales como las cruzadas internacionales o tiempos especiales de oración en la montaña.

      Además, cuando he tenido tiempo, he tenido reuniones con ustedes para sembrar confianza y orar por ustedes.

      Incluso en el camino a la iglesia, y de vuelta a casa, yo no descanso, sino que sostengo sus manos con todas mis fuerzas.

      No me ha importado si mis manos sufren rasguños y desgarres por tomar las manos de miles de creyentes.

      Cuando he tenido un breve tiempo de reposo, e incluso el día de mi cumpleaños, he pensado en las maneras de hacer esos momentos de descanso de beneficio para el reino de Dios y los creyentes.

      Así, muchos creyentes han sido sanados de enfermedades incurables, como el cáncer, y otras discapacidades; y nuestra iglesia continuamente ha dado gloria a Dios.

      La razón por la que vivo cada día de mi vida no es para disfrutar nada personal sino solo para alcanzar el reino de Dios.

      Por supuesto, cuando renuncié a todas mis cosas, no lo hice a regañadientes.

      Al contrario, me dio gusto porque me siento más feliz cuando puedo darle la gloria a Dios.

      En Juan 4:34 leemos: «Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra». Asimismo, he logrado disfrutar de verdadera satisfacción y felicidad cuando he cumplido la voluntad de Dios.

      Y, no he sido yo solamente. Otros pastores, líderes y miembros han cultivado esa fe, y por esta razón los miembros de Manmin han sido capaces de llevar a cabo el evangelismo mundial junto con obras de caridad.

      Por darnos esta gracia, demos todas las gracias y la gloria a Dios el Padre.

      Amados hermanos e invitados:

      La tercera razón por la cual Manmin ha logrado salvar muchas almas y dar gloria a Dios por los últimos 35 años es porque nuestros corazones solo se han ocupado por las almas que son compradas por la sangre del Señor.

      En Colosenses 3:1, el apóstol Pablo, quien escribió la mayoría del Nuevo Testamento, aconsejó a los creyentes lo siguiente:

      «Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios».

      En cuanto a mí, desde que fui sanado de todas mis enfermedades, he estado buscando solo las cosas de arriba.

      Me enamoré del Padre Dios y del Señor, que llegaron a mí, me sanaron y me salvaron, cuando estaba enfermo y solitario.

      Entonces empecé a ver las muchas pobres almas.

      Tuve el sueño de convertirme en un anciano rico de una iglesia y ayudar a aquellos que estaban enfermos y pobres como yo solía estar.

      Pero Dios me dio las palabras que nunca había esperado.

      Me dijo: «Me has amado a mí solamente, en lugar de tus padres, tus hijas o tu esposa.

      Por lo tanto, te lo voy a retribuir de manera apretada, remecida y rebosante, una y cien veces». Él también me llamó como un siervo del Señor.

      Para mi sorpresa, mientras más amaba a Dios, más llegué a amar a las almas también.

      Sentí ardiente amor por las almas que son creadas a imagen y semejanza de Dios, y por las cuales el Señor Jesús derramó Su sangre.

      Dios dio a Su Hijo unigénito para obtener hijos verdaderos que se asemejen a Dios el Padre perfectamente y con quienes Él podría compartir Su amor. Y este sentir de Dios me fue entregado vívidamente.

      He estado dedicando mi vida entera a llevar a muchas almas al cielo, y no solo hasta ahí, sino todo el camino a la Nueva Jerusalén que tiene el trono de Dios y del Señor.

      Como dice el apóstol Pablo en 2 Corintios 12:15: «Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas», nunca he sentido que es un despilfarro entregar todo lo que tengo si lo hago por las almas.

      No importa cuán grandes sean las fatigas y los sufrimientos, con agrado lo acepto todo si es por las almas.

      Cuando he reído, ha sido por las almas, y cuando he llorado, ha sido por las almas.

      Ahora, yo derramaré mi corazón ante ustedes ante la lectura de la confesión del apóstol Pablo en 2 Corintios 11:27-29, que es mi confesión también.

      «En trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias. ¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar, y yo no me indigno?».

      Amados hermanos e invitados:

      Para que Manmin llegue a convertirse en lo que es hoy, también hubo dificultades.

      Hemos dedicado nuestra vida entera por la salvación de las almas, pero solo porque hemos tenido gran avivamiento en esta iglesia, otras iglesias han sentido celos y trataron de destruirnos.

      Incluso en momentos como ese, las cosas que me hicieron derramar mis lágrimas no eran los malentendidos del mundo respecto a mí.

      Mi mayor dolor fue ver las almas que abandonaron la verdad debido a la debilidad de su fe y ver a aquellos que cometieron pecados imperdonables porque sus ojos espirituales estaban cegados por su propia maldad.

      Mientras que yo, como el pastor, intercedía por las almas para que pudieran despojarse de sus pecados y el mal para recibir bendiciones y respuestas, yo he estado al borde de la muerte muchas veces. Pero mi mayor preocupación no era sobre mi dolor físico.

      Mis únicos pensamientos han sido: Incluso después de que hice todo lo que pude y de dar todo lo que tenía, todavía hay almas que moran en el pecado. ¿Qué más puedo hacer por ellas? Esta fue mi mayor tristeza.

      Por supuesto, a través de esos pasos, Dios el Padre, el Dios de la justicia, me estableció como el pastor de numerosas almas en más de 11,000 iglesias filiales y asociadas alrededor del mundo.

      Me dio incluso el poder de la re-creación que transforma el corazón de las personas.

      En Isaías 60:4 leemos: «Alza tus ojos alrededor y mira, todos éstos se han juntado, vinieron a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán llevadas en brazos». Como está escrito, cada vez mayores multitudes de almas están llegando hasta esta iglesia a medida que pasan los días.

      Por supuesto, esto ha sido posible gracias a muchos pastores, líderes y a los miembros que han venido dedicando su vida por la salvación de las almas, ayudando a su pastor.

      Demos todas las gracias y la gloria a Dios el Padre quien ha llenado nuestros corazones con el deseo de ganar muchas almas.



      [Conclusión]

      Amados hermanos, hermanas e invitados:

      Una de las canciones que Dios el Padre nos ha dado se titula «Corazón del pastor, 2».

      Permítanme compartir una parte de su letra.

      Porque nada hay que hice por mí mismo.
      Es el Padre que ha hecho en mi lugar,
      lo que hice fue tan sólo orar diario
      por la gloria del Señor y por las almas.

      Mi Padre Dios, eres todo para mí.
      Muy precioso eres tu Señor para mí.
      Y en el corazón de mis amados
      estén sólo el Padre y el Señor.

      Queridos pastores y miembros:

      Anhelo que ustedes solo tengan al Padre y al Señor en su corazón.

      Anhelo sinceramente que se dediquen a orar por la gloria del Señor y por las almas, y que den la gloria a Dios el Padre y al Señor y que al final entren en la ciudad de la Nueva Jerusalén en el cielo glorioso.

      Yo ruego en el nombre de nuestro Señor Jesucristo glorioso que todos aquellos que están trabajando con el ministerio Manmin participen de esta gloria.


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