• Bendición - Navidad 2017

    [Romanos 13:10]

    25-12-2017 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje Bíblico

      Romanos 13:10
      El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor


      Amados hermanos y hermanas en Cristo,

      Este día es una Navidad feliz.

      En este día nosotros celebramos a nuestro amado Señor quien vino a esta tierra en forma de hombre.

      Dios nos dio muchas clases de bendiciones, de las cuales la más grande es Jesucristo.

      Si Jesús no hubiera descendido a esta tierra ni hubiera tomado la cruz, todos los hombres incluidos ustedes y yo, hubiéramos terminado en la miserable y mezquina maldición de la Ley.

      Todos los hombres sin excepción estaban condenados a caer en el fuego eterno del infierno.

      Solo imagínense la siguiente situación.

      Una persona cometió un grave pecado y fue sentenciada a muerte durante el año siguiente. La persona estaba supuesta a ser quemada hasta morir.

      Él podía vivir libremente por un año hasta que fuera ejecutado.

      ¿Qué clase de vida llevaría él por el resto de ese año?

      ¿Comería comida sabrosa, vistiera con atuendos de seda adornados con joyas, y disfrutaría su autoridad, y luego diría que es tan feliz con esas bendiciones?

      Solamente pensar que sería quemado hasta morir en un año le haría perder su apetito y no tendría deseo de adornarse con buenas cosas.

      Mientras durmiera estaría sufriendo de pesadillas.

      Ustedes y yo estábamos en la misma condición.

      Los días de nuestra vida son cerca de 80 años, si somos fuertes, quizá 100 años o incluso más de eso. Sin embargo al final de todos los días de nuestra vida, incluso si hemos disfrutado de riqueza, honor y poder, está el inextinguible fuego del infierno.

      Durante esta vida terrenal, nosotros ya somos esclavos del poder del enemigo el diablo y sufrimos de enfermedades y desastres.

      Dios entregó a Su Hijo unigénito para que muriera en la cruz por nosotros y por ese sacrificio Él nos salvó de la pena de muerte.

      La escritura en Romanos 13:10 dice, "… así que el cumplimiento de la ley es el amor… " Con Su amor proveedor de vida, Él nos redimió de la maldición de la Ley.

      Ahora la promesa que nos ha sido dada no es la condena en el fuego eterno del infierno, sino la gloria en el cielo.

      Además de esto, en la tierra también, Él nos prometió que podríamos disfrutar de autoridad como hijos de Dios y que nos permitiría ser prosperados en todo y disfrutar de buena salud así como prospera nuestra alma. ¡Qué bendición!

      Demos el agradecimiento y la gloria una vez más a nuestro Padre Dios quien entregó a Su Hijo precioso y unigénito, y al Señor quien vino a esta tierra.

      Este día permítanme hablarles de los tres significados contenidos en las bendiciones de Navidad que Dios Padre nos dio por medio de Jesucristo.

      Por medio de este mensaje, oro en el nombre del Jesucristo para que el gozo y la emoción de Navidad sobre-abunden en su interior.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo,

      El primer significado en las bendiciones de Navidad es el perdón.

      Perdón también significa amor.

      Dios enviando a Jesús a esta tierra hace referencia a la manifestación de Su ilimitado perdón y amor.

      Desde que el primer hombre Adán calló en la tentación de Satanás y traicionó a Dios, la humanidad ha estado manchándose cada vez más con pecados y maldad.

      Lo mismo sucedió al pueblo de Israel.

      Dios permitió que Israel saliera de Egipto por medio de las diez plagas y partiendo en dos el Mar Rojo. Él guió a Su pueblo con un pilar de nubes y uno de fuego.

      Sin embargo, aún cuando ellos recibieron tan inmenso amor de Dios como este, los israelitas siguieron desobedeciendo a Dios.

      Ellos incesantemente desobedecieron a Dios por cientos de años, y al final se encontraron con su caída en manos de los gentiles.

      Cuando la nación de Israel llegó a ese grado de desobediencia, ¡cuánto más los enemigos de Dios se iban a rebelar en contra de Él! Esto no puede ser expresado con palabras.

      Cuando los pecados y la maldad se volvieron extremadamente incontrolables, el gran juicio del diluvio de Noé vino sobre ellos. Pero las personas no guardaron la lección sino que se mancharon aún más severamente de pecados.

      Los pecados han cubierto cada vez más el mundo durante miles de años, así que ahora, ¿cuánto más obscenos y sucios son?

      Sin embargo, el plan de Dios para tales personas no era ira y castigo, sino el sacrificio de Su Hijo unigénito.

      Dios es realmente digno de honor y gloria, pero, ¿por qué tuvo Él que sufrir traición y dolor desgarrador? ¿Por qué entregó a Su Hijo?

      La respuesta es dada en el Evangelio de Juan 3:16. Este dice, "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna".

      Dios amó tanto al mundo, que incluso con el profundo dolor en Su corazón, Él no pudo abandonar al mundo aún cuando este estaba cubierto con pecados y maldades, y las personas eran muy sucias y adúlteras.

      Nuestro Jesús vino a esta tierra y mostró un amor de perdón ilimitado.

      Ahora, ¿qué clase de perdón han recibido ustedes?

      Fueron perdonados de una vida manchada con pecados y maldad como el recolector de impuestos y las prostitutas de los tiempos de Jesús.

      Algunos de ustedes fueron rescatados del umbral de la muerte como el ladrón en la cruz o como la mujer sorprendida en adulterio.

      Otros de ustedes, como los Fariseos o sacerdotes, eran arrogantes y llenos de narcisismo y esquemas propios de pensamiento por lo cual miraban de menos, despreciaban, juzgaban y condenaban a otros.

      Algunos de ustedes se opusieron a Dios y persiguieron a los que predicaban el evangelio del Señor así como Pablo antes de encontrarse con el Señor.

      Otros eran astutos y cobardes como Pedro quien negó a su amado maestro.

      Jesús decidió ser crucificado para perdonar a las personas de todos sus pecados, y para este propósito, Él nació en esta tierra.

      Para nosotros que estábamos en medio de pecados sucios y malvados, el nacimiento de Jesús es el amor de ilimitado perdón que no podemos retribuir.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo,

      Desde la Navidad del 2010, la bendición de perdón les ha sido entregada con un significado mucho más especial como miembros de Manmin.

      Esto se debe a que otra oportunidad de arrepentimiento les fue otorgada a aquellos de ustedes que eran salvos por obra de la preciosa sangre del Señor, pero luego miraron al mundo de nuevo y cometieron graves pecados que son imperdonables, y por consiguiente perdieron la seguridad de la salvación.

      Esto es porque tenían que vivir en la angustia de apagar al Espíritu Santo y en temor de ser distanciado del cielo. Pero ahora han sido restaurados en la luz de la vida una vez más.

      El significado de este perdón no recae solamente en su salvación vergonzosa sino que ahora incluso en la esperanza por entrar también en la Nueva Jerusalén.

      En Juan 88:11, Jesús dijo,

      "Ni yo te condeno; vete, y no peques más"

      Ustedes todos obtuvieron un inmenso favor en el Señor, por lo cual nunca deben repetir el cometer pecados y luego pedir Su perdón de nuevo.

      Si esto sucede de nuevo, ustedes sentirán una terrible vergüenza y abatimiento.

      Por consiguiente, les pido vehementemente que moren en la verdad y que le den solamente gozo al Señor.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo,

      El segundo significado incrustado en la bendición de la Navidad es la 'espera'.

      Jesús no dijo, "Yo los he perdonado, por lo tanto ustedes tienen que producir los frutos apropiados inmediatamente".

      Él no dijo, "Pedro, ¿por qué continuas siendo tosco y jactancioso a pesar que te pedí y te advertí que no lo fueras?"

      Él no dijo, "Juan y Santiago, ¿Por qué no han cambiado sus temperamentos irascibles? ¿Cuándo lo van a desechar?"

      Él no dijo, "Tomás, ¿aún continúas hablando cosas tan absurdas porque aún no has desechado tus pensamientos carnales?"

      No dijo, "Yo les he mostrado un buen ejemplo de servicio, entonces ¿por qué discuten y argumentan entre ustedes sobre quién es el mayor sin considerar sus cambios?"

      Tampoco dijo, "Mi corazón casi se quema al verlos actuar de esta forma".

      Él nunca expresó una palabra de queja.

      Más bien, miró el fervor de Pedro y el anhelo en los corazones de Juan y Santiago.

      Él también miró los buenos puntos de los otros discípulos incluyendo a Tomás, Felipe y Natanael, y esperó pacientemente por ellos.

      Mientras oraba vehementemente por la crucifixión al frente de Él, y que Su sudor se convirtió en gotas de sangre que caían al suelo, Sus discípulos se durmieron.

      En este momento Jesús continuó creyendo en ellos, e incluso hasta Sus últimos momento Él creyó en ellos y luego los entregó al Padre.

      "Después que yo me aparte de ellos el Espíritu Santo vendrá y los cambiará. Entonces, ellos traerán a cuenta lo que les he dicho y cambiarán y finalmente manifestarán poder".

      Él esperó por ellos con esta esperanza.

      Con el paso de 2,000 años el Señor aún continúa esperando.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo,

      Ustedes también le han hecho esperara demasiado, ¿o no?

      Algunos de ustedes apenas llegaron a la iglesia una vez cuando alguien les había testificado por años y les había servido meticulosamente con amor.

      Otras personas taparon sus oídos para el evangelio, y fue solamente cuando un gran problema llegó a ustedes que pudieron decir a Dios, "Dios, ¡ayúdame!".

      El Señor no desprecia a tales personas.

      Él gozosamente les dio la bienvenida con Sus brazos abiertos, diciéndoles, "¡Mi hijo! ¡Mi hija! ¡Qué bueno verte!".

      ¿Cuánto tiempo le han dejado a Él esperando para que ustedes tengan una verdadera fe a pesar de la confesión de su fe en el Señor?

      Muchos de ustedes no han vivido una apropiada vida de creyentes aún con 10 o 20 años de fe hasta el año 2010.

      Dijeron que creyeron antes de las poderosas obras, pero no circuncidaron sus corazones. Dijeron que tenían esperanza por el cielo, pero continuaron mirando hacia el mundo.

      Dijeron que se esforzarían y con seguridad cambiarían, pero volvieron a la vida pasada a su antiguo yo.

      Sin embargo el Padre y el Señor esperaron por ustedes.

      Su espera ha producido el cambio en ustedes y les ha dado la fortaleza para cambiar.

      Ahora, tan llenos de agradecimiento, muchos de ustedes han llegado a comprender el corazón del Dios Padre y el amor del Señor.

      Han llegado a producir las lágrimas y el sacrificio del pastor en su mente.

      Están llegando a comprender lo qué es realmente creer en el poder y lo que es mirar hacia las cosas de lo alto.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo,

      2 Pedro 3:8-9 dice, "Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento".

      Debido que sus expectativas para sus verdaderos hijos son tan grandes, Dios Padre ha soportado por miles de años como un día.
      Es más, Él también sintió que un día era como mil años debido a Su ferviente esperanza y profunda aflicción por aquellas personas que estaban muriendo.

      Yo me siento desesperado con este pasaje bíblico.

      Durante los últimos 35 años y particularmente durante los últimos 7 años, yo no pude hacer más que esperar pacientemente con fe.

      No había nada que yo pudiera hacer para ayudar a las almas a cambiar para llegar al espíritu completo y en lo concerniente al dinero para la (Bendición Completa) y el Santuario Canaán.

      Dios Padre simplemente dijo, "Llenen la medida de justicia", y consecuentemente yo solamente tuve que soportar pacientemente.

      Cuando casi toda la energía de mi vida se agotó y yo apenas podía moverme, estaba tan angustiado que un día era como mil años. Y sentí impaciencia con el paso del tiempo, pensando, "Los santos deberían cambiar rápidamente… Hay tantas cosas que hacer hasta que el Señor regrese…".

      Sin embargo, he esperado y estoy esperando como Dios Padre y el Señor lo han hecho.

      La única cosa que ustedes tienen que recordar es que la promesa del Señor nunca está retardada.

      Pero el día de Su regreso está destinado sin importar cuánto Él espere con amor.

      Es por eso que ustedes tienen que aferrarse a la oportunidad cuando les sea otorgada.

      En el nombre del Señor les pido una vez más que se ciñan con esta fe, que se apresuren a la meta y que cambien rápidamente.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo,

      El tercer significado incrustado en la bendición de la Navidad es fruto.

      El perdón de nuestro Señor y Su espera han producido abundantes frutos.

      Cuando Él fue crucificado, Sus discípulos huyeron por temor; pero con el paso del tiempo ellos se convirtieron en apóstoles capaces y predicaron el evangelio con manifestaciones de poder.

      En ocasiones 3,000 o 5,000 personas se arrepintieron con la prédica de las Buenas Nuevas y un explosivo avivamiento se presentó.

      Por sobre todo, ellos no estuvieron temerosos de ser martirizados, más bien estaban agradecidos por poder entregar sus vidas por el Señor en perfecto amor.

      Por medio de su cambio y ministerio de martirio, muchos más frutos fueron producidos.

      El evangelio predicado desde Jerusalén hasta Samaria, el Imperio Romano, y al mundo, e incontables frutos de salvación fueron producidos.

      Juan 12:24 dice, "De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto".

      Todos ustedes aquí presentes son frutos de Dios Padre y del Señor también.

      Yo estoy muy agradecido que muchos frutos de salvación, la roca de la fe, espíritu, y espíritu completo han sido producidos estos 7 años.

      Pero ustedes tendrán que producir mayores y más abundantes frutos a partir de ahora.

      Tienen que surgir como los frutos del espíritu completo que llenarán la Nueva Jerusalén.

      Tendrán que surgir como los frutos de poder que predicarán el evangelio hasta lo último de la tierra simplemente para retribuir el amor de Dios Padre quien entregó a Su Hijo unigénito por ustedes.

      Ahora, por favor aférrense a esta promesa más firmemente.

      Les pido a todos ustedes que tengan la certeza que no se trata de alguien más sino de ustedes quienes surgirán como los frutos del Señor y los frutos del pastor. ¡No se dejen disuadir por esto en nada!

      Ustedes podrán haber sido pequeños hasta ahora, pero ahora tienen que tomar la decisión de producir tales frutos porque el Señor de amor ha esperado hasta hoy y a causa del sacrificio y el precio de la justicia.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo,

      La primera parte de Deuteronomio 33:29 dice, "Bienaventurado tú, oh Israel. ¿Quién como tú?, Pueblo salvo por Jehová". Cuán bendecidos somos que hemos recibido el regalo de Jesucristo.

      En este final de los tiempos del mundo, Dios Padre ha derramado sobre esta iglesia las bendiciones de perdón, espera y frutos.

      Esto es porque ustedes tendrán que cambiar por el evangelio de santidad y luego demostrar el poder del pastor junto con él y completar el ministerio de salvación que ha sido preparado desde el principio de los tiempos.

      Por esa razón, Dios Padre y el Señor sacrificaron mucho y amaron hasta que cada uno de ustedes obtuvieran al presente los niveles de fe.

      Yo también he guardado a las almas confiadas por el Señor con lágrimas que he derramados día a día, y he llenado la medida de justicia con luchas para que su corazón y mente puedan ser renovados.

      Les pido que recuerden la gracia y el amor que han obtenidos en este espacio bendecido y que cambien más rápidamente y que surjan como poderosos obreros.

      Puedan todos ustedes ser partícipes en el cumplimiento de la providencia de Dios Padre y puedan gozar de inmensa gloria, ¡oro en el nombre del Señor! ¡Feliz Navidad!


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