• Corazón sincero y Plena certidumbre de fe

    [Hebreos 10: 22]

    31-12-2017 | Rev. Jaerock Lee

    • [Pasaje]

      [Hebreos 10: 22]
      «Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura».


      [Introducción]

      Amados hermanos en Cristo,

      Este es el último domingo del año 2017.

      En Salmos 48:9 leemos: «Nos acordamos de tu misericordia, oh Dios, en medio de tu templo».

      Como está escrito, le damos todas las gracias y la gloria a Dios el Padre, que nos ha bendecido para venir al santuario del Señor y recordar toda la misericordia del año pasado.

      Hermanos: Cada año, Dios el Padre nos da cuatro peticiones de oración por las cuales orar a lo largo de todo el año.

      Para el 2018 nos ha dado como segunda petición: «Corazón sincero y Plena certidumbre de fe». ¿Están llenos de esperanzas, simplemente al escuchar esto?

      Durante nuestra marcha de fe por los últimos 35 años, cuando Dios nos ha dicho que oremos por cosas específicas, aquellas oraciones ciertamente fueron contestadas.

      O, Dios nos permitió prepararnos para recibir las respuestas.

      Por supuesto, la forma de la respuesta puede diferir dependiendo de la medida de la fe de cada uno.

      Sin embargo, podemos estar seguros de una cosa. Cuando oramos creyendo que ya hemos recibido la respuesta, Dios el Padre nos lleva a cultivar un corazón sincero y plena certidumbre de fe durante un año.

      Como la bendición es muy inminente para esta iglesia, yo ruego en el nombre de nuestro Señor que ustedes puedan cultivar un corazón sincero y plena certidumbre de fe y que participen de una gran alegría.


      [Mensaje principal]

      Amados hermanos:

      ¿Con cuánto anhelo quieren ustedes un corazón sincero y plena certidumbre de fe?

      Tienen que anhelarlo mucho más de lo que la gente común desea el oro puro o el diamante más caro.

      ¿Por qué?

      Porque así seremos amados al grado máximo por nuestro Padre Dios, como consecuencia de haber cultivado el corazón sincero y la plena certidumbre de fe.

      Un corazón sincero se refiere a un corazón puro y veraz, libre de falsedad o mutación.

      Es el corazón del espíritu completo.

      La plena certidumbre de fe es la fe espiritual que Dios da desde lo alto cuando cultivamos el corazón sincero.

      Es la fe que agrada a Dios por obedecerle con comprensión de Su corazón y de Su voluntad.

      Es decir, es la verdadera fe con la que no se duda de Dios en absoluto.

      Adán, cuando era un espíritu viviente, no necesitó la palabra «corazón sincero».

      Se debió a que Su corazón era espíritu mismo.

      Su corazón se llenaba con el contenido de la verdad, de modo que solo obedecía a Dios y fue amado por Él al máximo.

      Como el señor de todas las cosas creadas por Dios, Adán tenía grandes riquezas y honor, pero por encima de todo, él podía comunicarse con Dios que es espíritu.

      Pero desde el momento en que pecó, el contenido de falsedades comenzó a llenar su corazón.

      Él dejó de ser espíritu mismo. Se convirtió en un hombre de carne cuyo corazón era una mezcla de la verdad y la falsedad.

      Tuvo que renunciar a todos los privilegios de los que él estaba disfrutando. Y él tenía que vivir en esta tierra maldita donde podía sembrar y cosechar solo mediante el sudor de su frente.

      El mayor dolor para Adán fue el hecho de que él no podía comunicarse con Dios como antes.

      A medida que pasaba el tiempo, el corazón de los hijos de Adán se manchó cada vez más con falsedades.

      Se distanció cada vez más de Dios, y en lugar de comunicarse con Él, empezó a tener comunicación con el diablo enemigo y Satanás.

      A veces, los niños pequeños son separados de sus padres y se convierten en niños desaparecidos. Algunos son adoptados en otro país. Al ser separados de sus verdaderos padres, llaman a sus padres adoptivos «mamá y papá».

      De hecho, aquellos que llevan vidas como hijos del diablo enemigo y Satanás con sus corazones manchados por la falsedad, son como los niños desaparecidos que fueron separados de sus verdaderos padres.

      Pero agradecidamente, Dios es nuestro Padre, que es lleno de amor por lo que no ha renunciado a Sus hijos desaparecidos.

      Dios sacrificó a Su Hijo unigénito como propiciación para recuperar la relación entre el padre y los hijos.

      También nos envió al Consolador, el Espíritu Santo, para que la gente pudiera llamar a Dios «Abba, Padre».

      Romanos 8:15 dice: «Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que habéis recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!».

      Hermanos: ¿es este todo el amor de Dios entregado a nosotros? ¡Por supuesto que no!

      Él no solo nos hizo Sus hijos, sino que también nos lleva a cultivar el corazón sincero y plena certidumbre de fe, para que podamos compartir el verdadero amor a Dios y vivir una vida feliz.

      Para la vida en este mundo, quiere que disfrutemos de la autoridad de hijos de Dios y que no nos falte nada, como Adán lo hizo antes de cometer pecado. Y también, Él quiere que heredemos el reino de los cielos, y que entremos a la Nueva Jerusalén donde está el trono de Dios.

      Si en realidad sienten el amor de Dios el Padre, tendrían que haber cultivado el corazón sincero en la misma medida.

      Por lo tanto, ¿cuánto de un corazón sincero han cultivado?

      ¿Hay alguno entre ustedes que siente que tiene un largo camino por recorrer?

      Cultivar un corazón sincero es la voluntad de Dios el Padre para todos ustedes.

      Dios no favorece a nadie.

      Él nunca dice que solo un cierto tipo de persona puede ser amada.

      Él no cambia su parecer.

      Él siempre desea que cultiven el corazón sincero; 30, 20 o 10 años atrás, y ayer y hoy.

      Y, sin embargo, ¿hay alguien entre ustedes que todavía vacila, que tiene pensamientos carnales como, «incluso si otros pueden hacerlo, no puedo. Dios el Padre debe haber renunciado a mí también»?

      Anhelo que ustedes recuerden el corazón de Dios el Padre que nunca cambia.

      No demos tiempo a desalentarnos.

      Es porque las noticias de bendición para esta iglesia nunca han estado más cerca de lo que están ahora.

      Aquellos que esperan la lluvia dulce prepararán sus vasijas para recoger el agua de lluvia en cualquier momento.

      Como la construcción del Santuario Canaán y del Gran Santuario es inminente, ya deberían haber preparado sus vasos para recibir la bendición.

      Dios el Padre está lleno de misericordia, y así, cuando me bendice a mí y a esta iglesia, Él asegura que las bendiciones se desborden y que lleguen a cada uno de ustedes también.

      Y el vaso para recibir esas bendiciones es un corazón sincero y la plena certidumbre de fe.

      Si todavía tienen codicia, si anhelan el mundo y si son inconstantes, están lejos de un corazón sincero.

      Dios no puede dar bendiciones a aquellos hijos que tienen ese tipo de corazón.

      Es porque al final la bendición se tornará en maldición.

      Además, al tener esas mentes engañosas, no podrán tener la certidumbre de fe de que Dios responderá lo que le piden.

      En este mensaje, me gustaría que pensemos en los israelitas que no pudieron entrar en la tierra de Canaán, incluso después de los 40 años de su vida en el desierto.

      Yo ruego en el nombre de nuestro Señor que este mensaje les permita comprender las cosas por las que tienen que orar para poder cultivar el corazón sincero.

      Con el fin de cultivar el corazón sincero, consideremos en primer lugar al pueblo de Israel que no pudo dejar de ser inconstante.

      Dios mostró compasión por el pueblo de Israel que estaba clamando cuando estaba esclavizado en Egipto.

      Él envió a Moisés y a Aarón para liberarlos del faraón y llevarlos a la tierra de Canaán, una tierra donde fluye leche y miel.

      Pero tan pronto como salieron de Egipto, el pueblo comenzó a quejarse sin parar, diciendo cosas como: «No tenemos agua. Queremos carne. Moisés y Aarón nos sacaron de la buena tierra de Egipto para traernos a morir en el desierto».

      Dios separó el Mar Rojo y les permitió cruzar como por tierra seca. Los alimentó con maná y codornices. Pero poco después de ver los milagros, cambiaron de parecer y se quejaron.

      Debido a que sus pensamientos cambiaban todo el tiempo, no podían creer la promesa del Dios fiel.

      No obstante, en consideración a Moisés, Dios fue paciente con ellos y los guió a la entrada de la tierra de Canaán después de 40 años en el desierto.

      Incluso en este momento, todavía estaban quejándose de no tener agua y de que su viaje había sido tan difícil.

      Y justo antes de entrar a la tierra de bendición, mucha gente tuvo que afrontar muertes sin sentido, fueron mordidos por la serpiente ardiente, sin obtener ninguna recompensa por sus 40 años de vida en el desierto.

      Hermanos: ustedes han oído muchos mensajes espirituales en esta iglesia.

      Han visto y han experimentado las señales, los prodigios y las obras de poder que Dios nos muestra a nosotros de la misma manera que lo hizo ayer y lo hace hoy.

      Sin embargo, si ustedes no echan fuera su naturaleza carnal, es decir, la mente inconstante, no pueden recibir la bendición que tanto anhelan.

      Ustedes están gozosos y agradecidos por un minuto y luego se quejan en el siguiente. Son fieles por el momento, pero pronto quebrantan la paz. De esta manera están rompiendo el vaso de bendición, dependiendo de sus emociones.

      Aunque yo puedo mostrarles el inmenso poder de Dios para desvanecer un huracán de categoría 5 y sembrar la fe en ustedes, si su mente inconstante les arrebata su fe como un huracán de categoría 5, entonces ¿qué más tengo que hacer?

      Por lo tanto, en este nuevo año, o a partir de hoy, anhelo que ustedes desechen completamente la mente inconstante de su naturaleza.

      Al hacerlo, anhelo que ustedes tengan la fe con la que pueden creer de corazón que definitivamente van a recibir juntos las bendiciones que serán entregadas a esta iglesia.

      Queridos hermanos en Cristo: el segundo punto que nos gustaría examinar con el fin de cultivar el corazón sincero es que el pueblo de Israel miró el mundo hasta el final.

      Al hacer de Israel Su pueblo, Dios les dio muchos mandamientos.

      «No tendrás dioses ajenos delante de mí». «No cometerás adulterio». «No hurtarás». «No codiciarás a tu prójimo». «No hagas cosas detestables como la gente de Canaán».

      Él no solo les dio palabras, sino que les hizo saber que la paga por el pecado es la muerte, y les hizo ofrecer sacrificios de animales por sus pecados.

      Además, fueron testigos de su propio pueblo y de sus vecinos muriendo en el desierto como castigo por sus pecados.

      Sin embargo, algunos en el pueblo de Israel se prostituyeron con las mujeres moabitas justo antes de entrar en la tierra de Canaán.
      También cometieron un acto de rebelión en la idolatría.

      Por eso, más de 20.000 personas murieron de una plaga.

      También, al conquistar la tierra de Canaán, por su codicia un hombre llamado Acán robó una parte del botín dado a Dios, y él fue apedreado hasta la muerte.

      Hermanos: desde la apertura de la iglesia, he estado predicando claramente para ustedes acerca de los pecados y sus consecuencias, cada semana.

      Y aun así, muchos creyentes todavía aman el mundo y cometen pecados que privan de la salvación y pecados que conducen a la muerte.

      Como su pastor, yo he recibido la espada del castigo en su lugar e indirectamente les he mostrado los dolores infligidos en el infierno.

      Les he rogado, mientras intercedo por ustedes con lágrimas por innumerables días.

      La tierra de Canaán, la que Dios dio a Israel, fue una tierra abundante donde fluía leche y miel.

      Al mismo tiempo, estaba llena de los pecados de sus habitantes, así que tenían que ser juzgados.

      Si se descuidaban por un instante, podían ser complacientes en abundancia o manchados por los placeres del mundo.

      Por esta razón, Dios capacitó al pueblo de Israel para hacerlo Su pueblo santo a través de la larga vida en el desierto.

      La era del Santuario Canaán será una época de abundancia para ustedes también.

      Asimismo, muchas almas que han estado viviendo en pecado vendrán a habitar con ustedes.

      ¿Están ustedes seguros de que incluso en esas circunstancias, su corazón estará firme solo en Dios y en las cosas de arriba?

      Ahora, les pido en el nombre de nuestro Señor que ustedes se despojen de su amor por el mundo completamente, para que puedan decir «Amén» a esta pregunta cada vez que les pregunto.

      El tercer punto que queremos considerar con el fin de cultivar el corazón sincero es que el pueblo de Israel no pudo obtener una victoria completa porque no dependió de Dios debido a su arrogancia.

      Caleb confió en Dios completamente, y él tomó la tierra que Dios había prometido darle.

      Por el contrario, algunas tribus como Dan se basaron en sus propios métodos y poder, y no pudieron tomar completamente la parte que les había sido asignada.

      Incluso Josué, el sucesor de Moisés, fue próspero cuando pidió la voluntad de Dios, pero cuando no pidió la voluntad de Dios, él fue engañado por los cananeos.

      Hermanos: especialmente los líderes, el perfecto fruto de un corazón sincero y la plena certidumbre de la fe es el 5º nivel de la fe.

      Si ustedes tienen este objetivo, no tendrán ninguna razón para ser arrogantes solo porque se encuentran en la roca, en el espíritu o incluso en el espíritu completo.

      Mientras mayor sea la sinceridad del corazón que cultivan, mayor será la humildad con la que van a confiar en Dios.

      La arrogancia tiene sus raíces muy profundas en lo profundo del corazón.

      Pero Hebreos 10:22 dice: «Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura».

      Si se arman con la palabra de Dios y la oración al depender de la luz y la voz original, se darán cuenta de la mala conciencia que es difícil de comprender, e incluso la maldad en lo profundo de su naturaleza, y se despojarán de ella, al igual que del evidente mal.

      Les pido a todos en el nombre del Señor que puedan atravesar por este tipo de cambios el año que viene.


      [Conclusión]

      Queridos hermanos en Cristo: con el fin de cultivar el corazón sincero y la plena certidumbre de fe, debemos circuncidar nuestro corazón.

      ¿Qué es la circuncisión del corazón?

      No es para contaminarlo, limpiarlo mediante el arrepentimiento y luego contaminarlo de nuevo.

      Así como nosotros cortamos el prepucio que pronto se ensucia de nuevo, cortamos el prepucio de un corazón que fácilmente puede ser contaminado por el pecado y la maldad.

      La primera parte de Jeremías 4:4 dice: «Circuncidaos a Jehová, y quitad el prepucio de vuestro corazón, varones de Judá y moradores de Jerusalén...».

      Si ponemos la verdad en nuestro corazón que ha sido circuncidado, podremos tener la plena certidumbre de fe.

      Debido a que la bendición de Canaán está muy cercana, anhelo que ustedes cultiven un corazón sincero y plena certidumbre de fe ante Dios. Ruego esto en el santo nombre de nuestro Señor Jesucristo.


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