[Romanos 5:7-8]
18-02-2018 | Rev. Jaerock Lee
Pasaje
Romanos 5:7-8
7 Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno.
8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Amados hermanos y hermanas en Cristo,
Le doy toda la gloria y el agradecimiento a Dios Padre quien nos ha bendecido para realizar este servicio devocional del 2018 para Pastores y obreros de la Iglesia.
Los devotos de este servicio son aquellos a quienes se les ha delegado tareas de parte de la iglesia.
"Los siervos del Señor" son aquellos que literalmente escogen el camino de un siervo para entregar sus vidas y todas las cosas al Señor.
'Los obreros Levitas' son aquellos que se entregan a sí mismos junto con su conocimiento y sus talentos no en busca de la fama o el honor del mundo, sino por el reino de Dios.
Diáconos y diaconisas son también aquellos que consideran el trabajo de la iglesia como suyo propio, y que usan su tiempo, dinero y salud en ello.
Aquellos que fueron reconocidos por ser más fieles han sido investidos como ancianos y diaconisas mayores.
Ahora, ¿Por qué es que ustedes trabajan arduamente y se entregan de esta manera?
Esto se debe a que recibieron el amor del Señor quien derramó hasta la última gota de Su sangre por ustedes en la cruz.
Se debe a que conocen el amor de Dios quién sacrificó a Su Hijo unigénito.
Romanos 5:7-8 dice, "Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros"
En cuanto a mí, mi amor y mi agradecimiento por el Señor nunca ha cambiado desde el momento que me encontré con Dios; más bien ha sido mayor y más fuerte.
Mi deseo constante y desesperado era '¿qué me falta aún para entregarle a mi amado Señor?', y '¿cómo puedo yo cumplir la voluntad de Dios completamente?'.
¿Y qué en cuanto a ustedes?
El título de este mensaje es el "Corazón del Pastor".
"El corazón del Pastor" es también el corazón del Señor; es así mismo el corazón de Dios Padre también.
En otras palabras, se trata del corazón de Jesucristo, el Príncipe de los pastores, con el cual hay que cuidar de las almas, y el corazón de Dios con el cual alcanzar el cumplimiento del reino de Dios.
Dios Padre desea este corazón no solamente para el Pastor Principal quien es la cabeza de esta iglesia y para los demás líderes, sino también de parte de ustedes que son todos los obreros.
Yo espero que la gracia y el amor de Dios sean grabado más profundamente en su corazón por medio de este servicio.
Oro en el nombre del Señor para que ustedes lleven a cabo el cumplimento del reino de Dios aún con mayor fervor hasta que el Señor vuelva.
Amados devotos,
Para alcanzar el corazón del Pastor, en primer lugar, deben ser capaces de entregar su vida por el reino de Dios.
El apóstol Pablo manifestó un inmenso poder mientras predicaba el evangelio, pero la persecución de la que fue objeto también fue tan grande como su poder.
En la ciudad de Listra, por ejemplo, Pablo hizo que un hombre que nunca había caminado se pusiera en pie y caminara en el nombre de Jesucristo.
Las multitudes que vieron esto pensaron que Pablo era un dios; ellos incluso trataron de adorarlo y ofrecerle sacrificio.
Entonces, Pablo los detuvo, les explicó que el poder proviene de Jesús, y les predicó el evangelio.
Lo que pablo recibió después de este gran incidente fue la persecución de muerte.
Hechos 14:19 dice, "Entonces vinieron unos judíos de Antioquía y de Iconio, que persuadieron a la multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto".
Pero Dios hizo que Pablo quien había sido apedreado se levantara y se moviera instantáneamente.
Y así dice Hechos 14:20-21, "Pero rodeándole los discípulos, se levantó y entró en la ciudad; y al día siguiente salió con Bernabé para Derbe. Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos,…".
Incluso después de esta dura persecución, Pablo se dirigió a otra ciudad el siguiente día, y continuó predicando el evangelio.
¡Cuán admirable era él!
Él había manifestado gran poder, pero las personas no lo recordaron, sino más bien trataron de apedrearlo a muerte.
Apenas logró escapar de la muerte; y no fue que le tiraron un par de piedras; él quedó golpeado de todo su cuerpo, y estaba ensangrentado desde la cabeza hasta los pies.
Si los judíos hubieran sabido que Pablo había sobrevivido, lo hubieran atacado de nuevo.
Si ustedes estuvieran en una situación como la de él, ¿qué pensarían?
"Estoy dando lo mejor de mí para predicar el evangelio. ¿Por qué Dios no me está protegiendo? Estoy tan avergonzado. Estoy tan cansado, decepcionado. Estoy muy angustiado y molesto". ¿Pensarían ustedes de esta forma?
O, a caso pensarían, "Yo debería tomar un descanso hasta que me recupere de estas lesiones".
"Los judíos quizá continúen persiguiéndome. ¿No sería mejor que me escondiera y me quedara quieto?". ¿Tendrían ustedes estos pensamientos, y se enfriaría su pasión por predicar el evangelio?
Pablo ni siquiera tuvo un momento para pensar de esta forma.
Él, por supuesto, se sintió lastimado cuando fue golpeado. Se sintió cansado cuando no tomaba descansos.
Sintió hambre, frío y también calor.
Sin embargo, el amor de Jesús quien tomó la cruz porque el amor por los pecadores desbordaba en su corazón, y por eso Él pudo vencer toda situación.
A propósito, entregar la vida de uno no se refiere solamente a perder la vida física.
Esto significa no solamente entregar la vida, sino también aceptar cualquier sacrificio o sufrimiento que se presente.
Significa que alguien puede entregar todo tal como el tiempo, dinero, salud y familia solamente por el Señor.
Aquel que puede entregar la vida por el Señor nunca considerará su propia familia ni sus parientes como algo mejor, ni buscará su propio beneficio.
Él no insistirá en su propio orgullo, egoísmo, ni tampoco sus esquemas.
El corazón de 'entregar la vida' es el corazón de morir en todas las cosas y entregarse a uno mismo en cada momento para llevar a cabo el reino de Dios así como el Apóstol Pablo confesó, "cada día muero".
Es también el corazón que Dios desea de parte de ustedes como obreros de la iglesia.
Por supuesto, ustedes difícilmente serán apedreados o decapitados para morir como mártires así como el Apóstol Pablo.
En un sentido espiritual, sin embargo, su vida entera está en el escenario del martirio.
Ustedes tienen que practicar la verdad mientras resisten al enemigo el diablo y Satanás, y arriesgan su vida y pelean en la batalla espiritual para salvar las almas.
Si ustedes realmente tienen un corazón de 'entregar la vida', nunca se quejarán mientras cumplen con su deber.
Nunca sentirán injusticia, nunca dirán que la situación de su trabajo o su entorno es peor que el de los demás, ni nunca dirán que su orgullo ha sido lastimado cuando piensan que no son tratados bien.
Yo mismo nunca he pensado que 'un trabajo fue difícil', ni 'no me gusta hacer este trabajo', si este era el trabajo de Dios que me había sido confiado.
Con seguridad hice lo que Dios me dijo que hiciera; preferí pasar por fuego y por agua para hacer más y mejor de lo que se me había pedido.
Incluso cuando fui un diácono, o un cristiano novato, hice lo mejor que pude para obedecer la voluntad de Dios.
Para la construcción de un santuario, mi esposa y yo ofrendábamos con lo mejor de nuestro esfuerzo.
Desde que Dios nos dijo que 'Buscáramos el reino de Dios y Su justicia', yo acumulé innumerables ayunos y oraciones.
Desde que Dios nos dijo que predicáramos el evangelio, hice lo mejor que pude para predicar el evangelio.
Mientras entregaba todo lo que tenía, nunca pensé que estaba haciendo algún sacrificio o devoción.
Debido a que yo estaba agradecido y lo amaba a Él, solamente quería dar y dar más cada vez.
Yo espero que su corazón siempre esté lleno de compasión para retribuir el amor de Dios Padre.
Les insto en el nombre del Señor a decir con seguridad delante del trono de Dios, "Mi amado Padre Dios, yo entrego toda mi vida y todo lo que tengo por mi amor a Ti, Padre".
Amados devotos.
Para alcanzar el corazón del Pastor, en segundo lugar, tienen que atesorar las almas.
Recientemente, me he sentido feliz de escuchar que los pastores y los obreros predican el evangelio y visitan a los miembros con mayor frecuencia que antes.
Si ustedes aman a Dios y al Señor, con seguridad cuidarán de las almas.
Ahora, aquellos que atesoran las almas no solamente predicarán el evangelio y visitarán, sino también tratarán a todos con amor.
Ellos no ignoran ni aún a los más pequeños; no son groseros con los demás solamente porque su fe es mayor que la de otros o porque están en posiciones más altas.
Ellos no buscan su propio beneficio sino el de los demás en todas las cosas.
Solamente cuando ustedes hacen su vasija grande con este amor espiritual, podrán abrazar muchas almas.
Aún cuando hay mucha agua, si su vasija es pequeña, el agua se derramará.
Mientras predican diligentemente el evangelio y visitan a los miembros, ustedes tienen que hacer un corazón como vasija para abrazar las almas con amor; entonces no perderán las almas enviadas por Dios, sino que continuarán experimentando avivamiento.
Yo espero que cada uno de los obreros Levitas en todos los departamentos puedan examinarse a sí mismos para ver con cuánto amor ellos tratan y sirven a los demás.
No solamente aquellos con fe débil sino también aquellos obreros y pastores asignados podrán no cooperar con ustedes en el trabajo.
Ellos podrán tener limitaciones o deficiencias al buscar sus propios beneficios, puede que frecuentemente quebranten sus promesas, o puede que hagan peticiones difíciles.
En tal caso, les motivo a que los atesoren y les sirvan pensando "¿Qué haría el Señor en esta situación?" o "¿Cómo los trataría el Pastor, con qué clase de voz, cara y actitud?".
Jesús dijo en Juan 13:35, "En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros".
Yo espero que ustedes consideren a los demás mejores que ustedes mismos, y que honren las almas mejor que a cualquier cosa de esta tierra.
Oro en el nombre del Señor para que puedan producir mucho fruto sirviendo a los demás con el corazón del Pastor y del Señor.
Amados devotos.
Para alcanzar el corazón del Pastor, en tercer lugar, tienen que tener un corazón de hacer su trabajo en silencio.
En Lucas 17:7-10, Jesús nos relató una parábola sobre "El deber de un siervo".
Aún después que los siervos trabajaron arduamente y regresaron a casa, su amo no elogió su trabajo ni les sirvió comida.
Solamente hasta después que los siervos sirvieron a su amo el alimento, pudieron ellos comer.
Jesús dijo en Lucas 17:10, "Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que se os ha ordenado, decid: "Siervos inútiles somos; hemos hecho sólo lo que debíamos haber hecho."
Mientras cumplen con su deber como obreros de la iglesia, no están cumpliendo con su deber para recibir un salario.
Ustedes se están consagrando a sí mismos con el corazón agradecido y con amor porque han recibido la inmensa gracia de Dios Padre.
Si este corazón es constante, ustedes nunca tratarán de ser elogiados ni reconocidos cuando realizan cierto trabajo.
Nunca querrán convertirse en jefes ni recibir algún trato especial.
Yo he visto personas que querían tomar cualquier parte importante en eventos cristianos fuera de esta iglesia.
Solamente cuando ellos presidían el evento, o realizaban la oración de inicio, la bendición, o el sermón de felicitaciones, se sentían que estaban siendo tratados como alguien importante o se sentían orgullosos.
Cuando se sentaban en el altar o se integraban a la mesa a cenar, querían ser sentados en los mejores lugares, de lo contrario se sentían ofendidos en sus corazones.
Sin embargo, yo nunca tuve ese pensamiento.
Yo nunca quise convertirme en el principal, ni ser reconocido.
Si mi asiento era asignado, yo tenía que sentarme allí. Pero si no era así, se me hacía más fácil y más satisfactorio tomar un asiento en el último lugar.
Si yo solamente cumplo con mi deber y cuido de las almas en el reino de Dios, esto será suficiente para mí. Yo no necesito ser elogiado por las personas.
¿Qué en cuanto a ustedes?
"Yo hice un mejor trabajo que el de él. Yo hice más que él. Pero, ¿por qué es él elogiado y yo no?". ¿No se han sentido ustedes tratados injustamente de esta manera alguna vez?
"Él está haciendo algo que puede ser fácilmente observado por los demás, y aún más, él es bien conocido y elogiado. Pero yo estoy haciendo todo el trabajo difícil, y sin embargo nadie está agradecido por mi trabajo, ellos ni siquiera tratan de ayudarme en nada". ¿No han pensado así y han perdido sus fuerzas?".
Es Dios de quien ustedes y yo recibimos las recompensas.
Sería suficiente si el Señor se recuerda; ustedes no tienen motivo para estar decepcionados y debilitarse cuando no reciban elogios y reconocimiento de las personas.
Si ustedes aman al Padre, y si aman con el corazón del Pastor las almas que el Padre atesora, nunca dirán que es difícil sino que con seguridad cumplirán con su deber asignado.
Mientras cumplen con su deber silenciosamente y van paso a paso, recibirán gracia y fortaleza de lo alto, gradualmente se convertirán en un obrero del poder de Dios.
Amados devotos y congregación.
Pedro dijo a Jesús en Mateo 19:27, "He aquí, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué, pues, recibiremos?".
Entonces Jesús dijo en Mateo 19:28-29, "En verdad os digo que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, os sentaréis también sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos o tierras por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna".
Esta es la promesa que ustedes y yo hemos recibido.
Al estar agradecidos por la gracia recibida, y mientras nos sacrificamos y entregamos nuestras vidas, Dios Padre no solamente recibe.
Él realmente nos ha dado ya salvación y el Cielo.
Sin embargo, nos bendice para que todo sea prosperado así como prosperan nuestro espíritu y nuestra alma, y nos recompensa 30, 60 y 100 veces más en todo lo que hagamos por fe.
Si ustedes pueden ver las recompensas y la gloria que se acumula en el Cielo mientras visitan a alguien, predican el evangelio, trabajan y sirven para el reino de Dios, ustedes usarán incluso el tiempo que les sirve para descansar a fin de acumular más.
Aunque esto no pueda verse con los ojos físicos, ustedes pueden verlo con los ojos del espíritu y de fe.
De vez en cuando, este camino que recorremos por el Señor parece angosto, pero con seguridad es el más bendecido; es el camino de vida y de gloria.
Después que cumplan bien con su deber asignado, podrán encontrarse en los brazos del Padre y morar en la gloria de la Nueva Jerusalén, yo oro en el nombre del Señor Jesucristo.