[Romanos 5:8]
25-03-2018 | Rev. Jaerock Lee
Pasaje
Romanos 5:8
"Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros"
[Introducción]
Amados hermanos y hermanas en Cristo,
Demos toda la gloria y el agradecimiento a Dios Padre quien nos ha bendecido para realizar este servicio devocional de Líderes de Distrito, Sub-distrito y Líderes de Célula.
También le doy las gracias a todos los devotos que se han preparado para este servicio con todo su corazón.
Aquellos de ustedes que se están consagrando este día están al frente de la batalla espiritual.
Su fidelidad apasionada, el grado al cual reciben el poder de Dios cuando aconsejan y predican, y la magnitud de su vehemencia al compartir el amor del Señor afectará el avivamiento de sus células, sub-distritos y distritos, por consiguiente afectando el avivamiento de toda la iglesia.
Para ustedes que tienen deberes tan importantes, el Señor les está entregando un mensaje con el título, 'Corazón de Amor'.
La lectura de este día en Romanos 5:8 dice, "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros".
¿Dirigen sus vidas siendo tocados por el profundo amor de Dios en cada momento de todos los días?
Cuando estaban destinados a recibir el castigo de la muerte eterna a causa de sus pecados, Dios envió a Su Hijo unigénito para salvarnos.
Si nosotros reconocemos este profundo amor en nuestro corazón, nuestra vida con seguridad será cambiada.
Primero, desearemos vivir por la voluntad de Dios para retribuir Su amor.
Trataremos de desechar los pecados y cambiar para convertirnos en hijos santos de Dios. Anhelaremos el eterno reino de los cielos.
Otro cambio importante que se producirá en aquellos que reconocen el amor de Dios es que también compartirán este amor a otras personas.
Especialmente, si ustedes tienen el deber de ganar almas, cultivarán este amor así como lo reconozcan en lo profundo de su corazón.
Al hacer esto, serán capaces de edificar las almas con gracia y les darán vida cuando les consuelen y les prediquen.
Por medio de este mensaje, oro en el nombre del Señor para que ustedes cultiven el verdadero amor en su corazón y expandan el reino de Dios a la mayor medida posible.
[Mensaje principal]
Amados hermanos y hermanas, y otros miembros,
El corazón de amor que hemos cultivado, en primer lugar, es para considerar a los demás mejores que nosotros mismos.
Filipenses 2:3 dice, "Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo".
Mateo 18:10 dice, "Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos".
Yo nunca he menospreciado ni siquiera a un niño pequeño.
Nunca me he considerado mejor que nadie solamente porque soy un pastor, porque muestro obras poderosas, ni porque me comunico con Dios más claramente.
Incluso cuando pastores nuevos y jóvenes predicaban los mensajes, yo asistía a los servicios de adoración en espíritu y en verdad. Nunca he ignorado las opiniones ni aún de los más pequeños.
Me he relacionado con todas las personas con la actitud de aprender algo de ellos.
¿Y qué en cuanto a ustedes?
¿Tratan a sus compañeros de trabajo y a las almas confiadas a ustedes mejor que a ustedes mismos y les sirven?
Si ustedes miran de menos a los demás e insisten en sus opiniones solamente porque tienen un nivel de fe más alto, una posición más alta, o más entusiasmo, o porque han sido líderes por mucho más tiempo, o porque predican y consuelan más que los demás, entonces, esto no es amor.
El amor no es jactancioso y no es arrogante.
No mira de menos a los demás ni actúa indebidamente.
Aún si otros tienen 10 puntos negativos, si ellos tienen al menos un punto bueno, ustedes los reconocen y los elogian por ese punto bueno. No los menosprecian considerando sus puntos negativos.
Si ellos hacen solamente una cosa mejor que ustedes, ustedes deben tratar de aprender de ellos y motivarlos para que todos juntos puedan avanzar.
Cuando actúan de esta forma, los creyentes los amarán con todo su corazón y hallarán descanso en su líder de distrito, sub-distrito, y célula.
Entonces, dondequiera que estén, habrá un gran avivamiento.
Amados devotos y otros miembros,
El corazón de amor que tenemos que cultivar, en segundo lugar, es compasión.
En Lucas capítulo 10, está la parábola del Buen Samaritano, la cual ustedes conocen muy bien.
Cierto hombre es atracado, severamente golpeado y abandonado casi muerto. Un sacerdote y un Fariseo pasan precisamente junto a él sin ayudarle.
Ellos ofrecían sacrificios a Dios y guardaban la Ley, pero no tuvieron compasión para ayudar a aquel que estaba en dificultades.
Pero uno de los samaritanos, quienes eran despreciados por los judíos, tuvo la compasión por el prójimo que estaba en necesidad.
Él lo subió en su propia cabalgadura, y lo llevó a un mesón y cuidó de él.
Esta es la clase de amor que el Señor desea de nosotros.
Si nosotros tenemos amor, tendremos misericordia por aquellos que son débiles y que están en problemas.
De forma natural ayudaremos a los que están en dificultades.
Ustedes no dirán simplemente, "¿Tú dices que es difícil? Simplemente hazle frente. Yo he pasado por cosas aún más difíciles". Sino que comprenderán y se identificarán con ellos de acuerdo a su fe.
Jesús vino a esta tierra en forma humana, y Hebreos 4:15 dice que Él se compadece de nuestras debilidades.
Él comprende nuestras posiciones y situaciones y tiene misericordia y se compadece con nosotros.
Por esta razón Él sanó a los que estaban ciegos, sordos, o inválidos, con simpatía y amor.
Cuando el único hijo de una viuda murió, Él se identificó con la viuda y revivió a su hijo.
En ocasiones tuvo que preocuparse por la comida de aquellos que le seguían.
Marcos 8:3 dice, "y si los enviare en ayunas a sus casas, se desmayarán en el camino, pues algunos de ellos han venido de lejos".
La razón por la cual Él manifestó muchas señales y maravillas es a causa de Su compasión por las almas.
Además, con los regalos que las personas le entregaban, Él permitía que fueran usados para ayudar a los pobres.
La Biblia pone un gran énfasis en las obras de caridad.
En la Iglesia de los primeros tiempos, las obras de caridad era una de las partes más importantes del ministerio.
Gálatas 2:10 dice, "Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo cual también procuré con diligencia hacer".
Pedro, Jacobo y Juan le pidieron a Pablo que recordara a los pobres, y Pablo también estuvo dispuesto a ayudar a los pobres.
La Iglesia de los primeros tiempos asignó 7 diáconos para que administraran las obras de caridad.
Ellos no amaban solamente de palabras y de boca. Ellos en realidad cuidaban de los huérfanos, de las viudas y de los abandonados de hecho y verdad.
Hay muchos entre los miembros de nuestra iglesia quienes ayudan a los que están en necesidad.
Ellos comparten no solamente cuando están bien sino incluso cuando no lo están.
Cuando ellos visitan un hogar donde adultos mayores viven solos, también traen consigo algún platillo extra. Si ellos no tienen ropas gruesas en el frío invierno, les proveen con algo que les abrigue.
Ahorran sus gastos personales tanto como les sea posible para obtener algún bocadillo para la reunión del grupo de célula, o entregan algo de ese dinero a otra familia que tiene niños pequeños para sus refrigerios.
Para los que no pueden moverse alrededor con libertad, ellos limpian sus casas o reparan las cosas dañadas.
Yo realmente agradezco a todos aquellos que están cuidando de otras almas con todo su corazón.
Cuando ustedes continuamente practican su amor de esta manera, esas almas que están en dificultades serán motivadas para volver a levantarse, e incluso las almas con corazones endurecidos abrirán su mente.
Proverbios 19:17 dice, "A Jehová presta el que da al pobre, Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar".
Cuando nosotros somos compasivos con las almas pobres, esto es como que Dios asuma una deuda personal con nosotros y Él nos remunerará por ello.
¡Cuán grande esperanza encontramos para nosotros en estas palabras!
Almacenar actos de bondad con compasión es el camino al avivamiento, así como el camino para recibir los deseos de su corazón y para cambiar ustedes mismos con mayor rapidez.
Amados devotos y otros miembros, el corazón de amor que nosotros tenemos que cultivar, en tercer lugar, es renunciar a todo.
Jesús llevaba una vida muy ocupada cuando estaba realizando Su ministerio en esta tierra.
Él tenía que terminar todo lo que vino a hacer dentro de un corto período de 3 años, y ¡cuán ansioso debió haber estado!
Él predicó el evangelio usando cada minuto y segundo, yendo alrededor de Judea, Galilea y otras áreas.
Cuando una multitud le rodeaba, Él no tenía el suficiente tiempo para comer o dormir mientras les enseñaba la palabra y sanaba a los enfermos.
Él pasó 3 años gastando toda Su energía, pero no considero que hubiera terminado todo.
Se entregó a Sí mismo hasta el último momento.
Entregó Su vida en la cruz, y derramó toda Su agua y sangre.
Incluso en la actualidad, Él no está descansando.
Está intercediendo por las almas y preparando nuestros lugares de morada incluso sin comer.
Este es el corazón de amor del Señor, dar una y otra vez.
Y Él desea que nosotros también cultivemos este corazón.
Si nosotros realmente amamos a alguien, podemos sacrificarnos a nosotros mismos.
Podemos entregar tiempo, dinero, fama, honor, y cualquier otra cosa.
1 Tesalonicenses 2:8 dice, "Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos muy queridos".
Como se ha dicho, nosotros seremos capaces de entregar incluso nuestras vidas.
Yo también he estado ministrando con esta clase de actitud.
Por medio de incontables ayunos y oraciones, recibí los mensajes espirituales y el poder de Dios para dar testimonio del Dios viviente.
Sin embargo, yo no digo que he hecho todo lo que podía solamente porque he predicado el evangelio y he manifestado innumerables señales y maravillas.
He estado tomando todas las responsabilidades como el pastor general y su pastor.
Si había algún problema en la iglesia, yo no podía simplemente dejarlo pensando que la persona a cargo tomaría cuidado de este.
Yo ayunaba o entregaba ofrendas de paz a Dios con lo mejor de mí para que Dios no fuese deshonrado. Y traté de demoler el muro de pecado con mis oraciones y lágrimas.
Cuando los creyentes cometían pecados y no podían ser salvos, yo no dije, "Yo les he enseñado lo suficiente sobre la verdad, y ellos aún continúan cometiendo pecados. No puedo ayudarles más".
Yo me aferré a Dios diciendo, "Padre, ellos son mi rebaño, yo soy el responsable. Yo debí haberles amado más y enseñarles mejor. Todo es mi culpa, y por favor permíteles vivir".
Ustedes han estado compartiendo estos días conmigo, y muchos dicen que conocen mi amor por ustedes.
Además, ustedes dicen que realmente sienten que esto fue por su bien que yo he estado llenando la medida de justica durante los últimos 7 años.
Yo espero que ustedes no solamente sientan este amor sino que entreguen este amor y que también estén dispuestos a renunciar a todo unos por otros.
Cuando cuidan por las almas, no hay solamente personas obedientes y buenas.
Algunos de ellos prometen que asistirán al siguiente servicio del Domingo pero quebrantan sus promesas todo el tiempo.
Algunos otros se quejan, se enfadan, o se resienten con otros sin ninguna razón, así como las cabras golpearían cualquier cosa con sus cuernos en el rebaño de ovejas.
Hay otros que reciben obras de las tinieblas y caen en un cúmulo de pensamientos carnales, por lo cual continúan diciendo cosas negativas sin importar cuánto escuchen la verdad.
Aún cuando ustedes los aconsejan y les enseñan con lágrimas, algunas almas no pueden cortar su vínculo con el mundo y se entregan a sí mismos en el pecado.
Y por estas almas, ustedes han estado mostrando amor mientras se arrepienten, lloran, ayunan y oran a favor de ellos.
Sin embargo, yo espero que ustedes no digan que han hecho mucho y que han hecho lo suficiente, sino que los continúen amando y sirviendo.
Les pido que los toleren y que crean que ellos cambiarán. No pierdan la esperanza que ellos también surgirán como preciosos frutos del pastor.
Si ustedes los aman y les entregan todo, sus obras todas serán recompensadas en gran gloria.
Ustedes no solamente tendrán el fruto del avivamiento sino también disfrutarán de gloria eterna en el reino de los cielos.
[Conclusión]
Amados devotos y otros miembros, cuando nosotros no conocíamos al Padre, Él nos amó primero y nos dio salvación y el reino de los cielos.
Cuando nosotros nos dedicamos a trabajar para Él con nuestro agradecimiento por Él, Dios no solamente recibe estos servicios.
Nos permite prosperar en todas las cosas y estar en buena salud así como prospera nuestra alma.
Nos recompensa con medida llena, remecida y rebosante, y al 30, 60 y al 100 por uno.
Además, en el cielo, numerosas almas que ustedes han consolado y enseñado les visitarán y harán fiestas, entonces, ¿cuán grande será su casa y el terreno donde estarán?
Ustedes podrán escuchar las almas diciendo lo siguiente cada día.
"Líder de célula, gracias por predicarme el evangelio. Incluso cuando yo carecía de fe y desobedecía repetidamente, usted me ayudó hasta que cambié. Yo pude llegar aquí gracias a usted".
"Líder de Distrito, usted sembró fe en mí y oró por mí en cada prueba que tuve, y gracias a usted yo pude llegar a la Nueva Jerusalén. Gracias, le amo".
Escuchando tales comentarios llenos de amor, ustedes estarán conmovidos y felices, y Dios Padre también estará gozoso y agradado al escuchar tales cosas.
Con esta esperanza, puedan ustedes expandir el reino de Dios salvando innumerables almas y más adelante morar en inmensa gloria, ¡yo oro en el nombre del Señor!