• El 4o Nivel de Fe (2)

    [Romanos 12: 3, Juan 14: 21]

    26-05-2008 | Rev. Jaerock Lee

    • La Medida de la Fe (13)

      El 4o Nivel de Fe(2)
      La Escritura:
      Romanos 12: 3
      “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno”.

      Juan 14: 21
      “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama\\\; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él”.


      Amados Hermanos en Cristo:
      Nuestro Dios es un Dios amor. Y Él desea compartir Su desbordante amor con todos nosotros. La razón por la cual Él creó al primer hombre Adán, es para obtener verdaderos hijos que puedan compartir su amor con Él
      Ahora bien, ¿Ama usted a Dios? Por supuesto, los hijos de Dios que son salvos dirán que sí\\\; pero, ¿Cuán real es su amor para con Él? En el pasaje de hoy de Juan 14:21, Jesús dice, “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama\\\;(si amamos a Dios y al Señor, la prueba de ello es que guardamos Sus mandamientos) y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él”.
      Sólo aquellos hombres de espíritu, que guardan los mandamientos de Dios completamente y permanecen en la verdad sin cometer ningún pecado, ni aún en el corazón, pueden confesar que verdaderamente aman a Dios. A fin de obtener esa clase de hijos, Dios estuvo esperando por mucho tiempo hasta que entregó a Su único Hijo.
      Este es el mensaje Nro. 13o de la Medida de Fe, y hoy les hablaré sobre el 4o nivel de fe. Les insto a que por medio de este mensaje puedan nacer como verdaderos hijos de Dios que lo amen de todo corazón. Haciendo esto, Dios y el Señor los llegarán a amar en todo aspecto y podrán vivir sus vidas con la evidencia del amor de Dios por ustedes. Es mi oración en el nombre del Señor

      Amados Hermanos en Cristo:
      El 4o nivel de fe, es la fe para amar al Señor al más alto grado. Luego de pasar el 3er nivel donde llega a practicar la Palabra, es en este nivel donde desecha la naturaleza pecaminosa de su corazón y donde pone por obra la Palabra permaneciendo completamente en la verdad.
      Permítanme darles un ejemplo para explicarles cómo el 4o nivel de fe es diferente del 1o, del 2o y del 3er nivel de fe. Digamos que una persona ha esparcido rumores falsos sobre usted y le está difamando. Está difundiendo malos comentarios sobre su persona, diciendo que usted dijo algo que nunca dijo y que hizo algo que nunca hizo. Entonces, ¿Cómo reaccionaría usted?
      Si se encuentra en el 1er nivel o al principio del 2o nivel, esto le será muy difícil de sobrellevar. Irá inmediatamente donde esa persona para discutir sobre lo que es correcto e incorrecto. Si habla con ira, lo más probable es que alce su voz, y si tiene amargura, usará malas palabras y groserías. Sin embargo, para un hijo de Dios comportarse de esa manera es realmente algo muy vergonzoso.
      Si sólo está a la mitad del 2o nivel, podrá controlarse a sí mismo para no enojarse o para no exteriorizar esa maldad demasiado, ya que ha estado tratando de desechar la maldad. Pero, ¿Cómo reaccionaría una persona en el 3er nivel de fe? El 3er nivel de fe, es el nivel para practicar la Palabra, pero si todavía no está cimentado en la roca de la fe, su enojo y amargura serán removidas. Sentirá una repentina inquietud en su mente y tendrá sentimientos desagradables.
      Como conoce la verdad, procurará controlar sus sentimientos enfermizos e intentará sobrellevarlos diciendo, “Debo estar agradecido y regocijarme”. Pero en realidad no podrá dar gracias de todo corazón.
      Pero ésto cambia en el 4o nivel. No importa lo que digan los demás o que clase de acusación absurda le hagan, sus sentimientos no serán conmovidos. Como no ha pecado contra Dios y su conciencia no lo condena, su agradecimiento y gozo no desaparecerán por estas circunstancias.
      Mejor dicho, así como Jesús hizo, usted podrá bendecir incluso a sus enemigos y tener misericordia de la otra persona y orar por ella para que no peque.
      De igual manera, aún en la misma situación, la reacción será diferente de acuerdo a la medida de la fe\\\; y la fragancia de su corazón que llegue a Dios también será en diferente medida. Déjenme darles otro ejemplo.
      Digamos que sus padres atraviesan por una seria situación de emergencia y tienen que someterse a una operación. Usted necesita desesperadamente dinero, y encuentra una bolsa llena de dinero en la calle. En el 1er o 2do nivel de fe, podría simplemente tomar el dinero. En el 2do nivel, la parte espiritual de su corazón que procura seguir lo bueno y la lujuria de la carne que sigue sus propios deseos contenderán el uno contra el otro.
      Entonces, si el deseo de la carne triunfa y prevalece el pensamiento que definitivamente necesita el dinero, lo gastará aunque tenga algún remordimiento de conciencia. Pero en el 3er nivel, podrá tener un pensamiento engañoso por un momento al pensar, “Con este dinero puedo resolver mis problemas”, pero finalmente seguirá su buena conciencia y lo devolverá al dueño.
      Otro ejemplo más, suponga que hizo algunos rasguños a otro carro mientras estaba estacionando su carro en el parqueo. Digamos que el carro era un carro de lujo, y reparar el daño, le costará mucho dinero. Ahora, si está en el primer y segundo nivel de fe, si no hay alguien alrededor, entonces, simplemente estacionará su auto en algún otro espacio o tan solo se irá.
      No estoy diciendo que todos los que están en el primer o Segundo nivel de fe harán esto. Aquellos con una buena conciencia no lo harán, pero la mayoría actuarán de esta manera. Sin embargo, si está en el tercer nivel de fe, su conciencia no se lo permitirá.
      Dejará su número de teléfono en el carro diciendo que fue usted quien ocasionó los daños en el vehículo en forma accidental y que asumirá los gastos de la reparación. Este es el tercer nivel de fe. Al escucha esto, estoy seguro que será capaz de discernir si está en el segundo o en el tercer nivel de fe.
      Pero esto es completamente diferente en el 4o nivel. No importa cuánto necesite el dinero, no tendrá ningún deseo de tomar las pertenencias de otra persona, por lo que no habrá ninguna lucha en su mente. Más bien se preocupará por el dueño del dinero, quien seguramente estará muy alarmado por el dinero extraviado y usted procurará regresarlo lo más pronto posible.
      Aun cuando en ese momento necesite dinero, no deseará quedarse con lo que no es suyo. Aquí empieza el cuarto nivel de fe y va más arriba. Si tiene esta clase de corazón, no sentirá ninguna vergüenza delante de Dios ni de los hombres, y podrá estar seguro de sí mismo.
      Si todos los políticos estuvieran en el cuarto nivel de fe o en un nivel mayor, no habría ninguna corrupción o soborno ni nada parecido. Los políticos serían muy honestos.
      Si tiene maldad en su corazón, sentirá dolor e inquietud en función de las situaciones que afronte. Pero si no tiene maldad en su corazón, siempre estará lleno del Espíritu Santo y sentirá paz y felicidad en su mente sin importar las situaciones por las que atraviese.
      A partir de aquí, veamos las características del 4 o nivel de fe. Primero, el 4o nivel de fe es el nivel para amar a Dios incondicionalmente. Ya no dirá, “Dios, si tu haces esto por mi, yo haré esto otro también por ti”. No pondrá ninguna condición. Sólo amará incondicionalmente.
      No intentará amar. Solamente amará muchísimo a Dios desde el fondo de su corazón. No deseará nada en retribución sino únicamente amarlo incondicionalmente. Guardará los mandamientos de Dios, no para recibir respuestas a sus oraciones o para recibir bendiciones. Ni tampoco lo hará por temor a enfrentar dificultades.
      Los guardará porque siente el amor de Dios, quien nos amó primero, como un fuego en su corazón. Sentirá que es muy natural amarlo y guardar Sus mandamientos. De modo que esto será un gozo y felicidad para usted. Violar los mandamientos de Dios trae sufrimiento y dolor. Ni siquiera pensará en violarlos, ya que el guardarlos es en sí mismo la fuente de su gozo y de su felicidad.
      Daniel se mantuvo orando con agradecimiento aun sabiendo que sería lanzado al pozo de los leones. Él hubiera podido esconderse por un mes para orar a solas. Sólo tenía que cerrar las ventanas y orar. Pero como mantenía abiertas las ventanas hacia Jerusalén y oraba como siempre, otras personas lo vieron. Y sabiendo todo esto, seguía orando como de costumbre, sin transigir. Continúo orando sabiendo que lo iban a arrojar al pozo de los leones.
      No oraba con dolor ni con aflicción en su corazón diciendo, “¡Dios, sálvame! Estoy cumpliendo Tu voluntad y ahora estoy en peligro”. Más bien, oraba con agradecimiento y confianza.
      Solamente amaba a Dios y obedecía Su voluntad, y como había entregado todo en las manos de Dios\\\; él podía estar agradecido ya sea que viviera o muriera. Este también fue el caso de sus tres amigos. ¿Qué fue lo que ellos dijeron al rey quien los amenazaba con lanzarlos al horno de fuego si no adoraban a la estatua?
      Daniel 3:17-18 dice, “He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo\\\; y de tu mano, oh rey, nos librará.” El país donde Daniel y sus tres amigos estaban, era una nación muy poderosa, que gobernaba sobre muchos otros países. El rey de esta nación estaba hablando con ellos, pero ellos se mantenían firmes. “Si así fuera, nuestro Dios a quien le servimos es capaz de sacarnos del horno del fuego”. Tenían la fe que aun cuando fueran lanzados dentro del horno de fuego, no les pasaría nada. Creyeron que Dios los libraría.
      Abraham tenía esta clase de fe. Confió que aun cuando ofreciera a Isaac en sacrificio a Dios y éste muriera, Dios lo resucitaría. Tenía esta fe. ¿Tiene usted esta clase de fe?
      ¿Tiene la fe para creer que aunque fuera echado a un horno de fuego, Dios permanecerá a su lado y usted no se quemará? Espero que muchos de ustedes tengan esta clase de fe. Si alcanza el espíritu y el perfecto espíritu, tendrá esta clase de fe. “El Dios a quien servimos es capaz de sacarnos del horno de fuego\\\; y Él nos rescatará de su mano, oh rey.”
      Daniel 3:17-18 dice, “Y si no (esto es, aun si Dios no los protegiera y murieran), sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado”.
      No solamente creyeron en el poder de Dios, quien podía salvarlos del fuego, sino que aun si Dios no los salvaba, ellos solamente obedecerían la voluntad de Dios. Esta es la confesión que pueden hacer aquellos que están en el 4º nivel de fe.
      Hay muchas cosas dolorosas que veo en las iglesias. No cumplen con los Diez Mandamientos. Incluso los grandes Concilios o Asociaciones de iglesias violan los Diez Mandamientos, diciéndonos que no debemos tener ídolos. Ellos son los que están comprometidos con los que adoran ídolos hechos de piedra, oro o plata\\\; con aquellos que doblan sus rodillas ante los ídolos y los adoran pidiéndoles que los bendigan.
      Se reúnen para conmemoran el nacimiento de Buda. Les envían mensaje de felicitación. Incluso, estos idólatras envían también a estas iglesias mensajes de felicitación en la Semana Santa. Por favor mediten en esto.
      Si el diablo viene y nos dice, “Felicitaciones”, en el día de la fundación de nuestra iglesia, ¿Recibiríamos estas felicitaciones? Esto no tiene absolutamente ningún sentido. Nosotros no podemos felicitar ni recibir felicitaciones de ellos. ¿Podemos acaso congratular al diablo? ¿Cómo puede ser posible que felicitemos a los que adoran ídolos y que recibamos felicitaciones de ellos?
      Nosotros Debemos guardar los mandamientos de Dios en cualquier circunstancia. No debemos violarlos. Nunca debemos adorar ídolos ni comprometernos con ellos.
      ‘Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado’. Ellos firmemente rehusaron. No solamente confiaban en el poder de Dios, que los podía salvar del fuego, sino que incluso si no los salvaba, únicamente obedecerían Su voluntad. Esta es la confesión que pueden hacer aquellos en el 4º nivel de fe. Aun si Dios no los salva, solamente seguirán Su voluntad. Esta es- repito- la confesión que pueden hacer sólo los en el 4º nivel de fe. Sucedió lo mismo con Pablo y Silas, en el capítulo 16 de Hechos, cuando predicaban el evangelio, Pablo y Silas fueron encarcelados y sus pies amarrados al cepo.
      Entonces, ¿Qué hicieron ellos? No se quejaron contra Dios diciendo, “Dios, ¿Realmente estás vivo? Hemos estado predicando el evangelio obedeciendo tu mandamiento, y ¿Por qué nos dejas sufrir de esta manera?
      En esta clase de situación, aun cuando no sea muy evidente, tal vez pueda llegar a tener un sentimiento de queja o de duda. Pablo era un poderoso siervo de Dios, pero fue azotado en público y sus pies fueron amarrados a un cepo. “Dios, si Tú estás conmigo, ¿Por qué me pasan estas cosas?”.
      Quizás podría haber mostrado un poco de resentimiento preguntándole a Dios por qué no lo había protegido. Pero en el cuarto y quinto nivel de fe, nunca hará eso. Solamente alabará a Dios y orará con agradecimiento.
      Esa sería la clase de confesión que haría los que están en el 1º o 2º nivel de fe. Si está en el 3º nivel, no se quejará de esa manera, pero sus sentimientos podrían herirse. Tal vez oraría de una forma no muy apropiada diciendo, “Padre, he sido menospreciado y azotado mientras predicaba tu evangelio. Por favor sáname y sácame de aquí rápidamente”.
      Algunas de las hermanas que vienen a recibir mi oración me dicen algo así: Oran fuertemente y trabajan para Dios diligentemente. Dan sus diezmos fielmente, y no entienden por qué sus esposos las molestan y acosan. Siempre les digo que tienen que llegar al nivel del espíritu para no ser perseguidos. Si llegan al espíritu, no habrá más persecuciones. Si sus cónyuges siguen acosándolas, caerá sobre ellos una maldición.
      No obstante, Pablo y Silas nunca se quejaron o se preocuparon de lo que les pasaría, incluso luego de ser golpeados y ridiculizados en frente de una multitud de personas. Ellos, sin embargo, se regocijaron, dieron gracias, y cantaron alabanzas para glorificar a Dios, aun cuando estaban sangrando y sus pies estaban atados al cepo.
      Este es el modelo de alguien en el 4º nivel de fe, y es ejemplo de los verdaderos hijos que Dios desea obtener. En ese momento, cuando la alabanza llena de emoción estaba retumbando, por obra de Dios, hubo un terremoto. Las puertas se abrieron y sus cadenas se soltaron.
      La segunda característica del 4º nivel de fe es que aman a Dios en primer lugar. Si ama a Dios sobre todo, no tendrá ningún deseo por la fama o las riquezas del mundo, y amará a Dios más que a su familia o aun más que a su propia vida.
      Filipenses 3:7-8 dice, “Pero cuantas cosas eran para mi gracia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”.
      Si usted cree y verdaderamente ama a Dios y al Señor, renunciará a todas las cosas que a Dios no le agradan, y considerará todas las cosas como si fueran basura. Esto significa que podrá dejar todas las cosas que considera de valor y estima en el mundo, sólo por el Señor.
      Lucas 14:26-27 dice, “Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo”. Marcos 10:29-30 dice, “Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo\\\; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones\\\; y en el siglo venidero la vida eterna”.
      Como la Palabra de Dios nos dice ésto, yo lo obedecí, y Dios me ha dado 100 veces más. Como está escrito “Que no reciba cien veces más ahora en este tiempo\\\; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras” Yo tengo una numerosa familia: Padres, hermanos y hermanas. Los ancianos de la iglesia son como mis padres, y tengo muchos hermanos y hermanas en Cristo.
      Asimismo, tengo muchas casas, las Casas de Dios, incluyendo también el gran número de iglesias hijas y asociadas en otros países. Dios me ha dado fama, autoridad, riqueza y la bendición de tener hijos y una gran familia. Me ha dado cien veces más. La Palabra de Dios es absoluta. Si la obedece tal como está escrita, se cumplirá tal como lo promete. Y cita este pasaje “Junto a persecuciones”. Si, enfrentará persecuciones al vivir por la Palabra.
      Si vive de acuerdo a la Palabra, al principio podrá enfrentar persecuciones, y si no tiene la suficiente fe, podrá pasar por momentos difíciles debido a ello. Pero si su fe no cambia y vive una vida cristiana en santidad, aun la gente del mundo lo reconocerá.
      Más aún, si llega al nivel del espíritu y ama a Dios en primer lugar, Satanás no podrá tocarlo más, de manera que todas las persecuciones desaparecerán y la gente lo reconocerá y respetará como un verdadero cristiano.
      En lo que a mi respecta, también se me presentaron muchos incidentes justo después que acepté al Señor.
      Cuando mis padres, quienes aún vivían en el pueblo donde nací, vinieron a Seúl, todos los miembros de la familia se reunieron, pero nosotros no pudimos asistir a dicha reunión porque teníamos que guardar el día de reposo\\\; es decir, ir al culto el domingo. Cuando mis hermanos mayores vinieron a visitarnos, no les ofrecí nada de licor. Cada vez que esto ocurría, ellos se quejaban.
      Cuando mis padres venían a Seúl, solían ir de picnic los domingos, ya que era el día que todos tenían libre. Entonces, yo tenía que negarme. Antes, acostumbraba servirles licor cada vez que me visitaban, pero ya no lo hacía más, así que mis hermanos estaban un poco molestos conmigo. Sin embargo, estoy muy agradecido a mi padre.
      Cuando me vino a ver, le expliqué mi situación. Le dije, “Me enfermé a causa del licor y he sufrido mucho. Pero he sido sanado por el poder de Dios y ahora estoy sano. El alcohol no es bueno para mí, y la Palabra de Dios también lo prohíbe, así que no puedo servirles más licor. Pero les puedo ofrecer cualquier otra cosa que deseen”. Así que, se quedó contento con esto.
      Me dijo, “Si, debes hacerlo. Como fuiste sanado por Dios en la iglesia, tienes que hacer lo que Dios quiere y lo que los pastores te dicen. No tengo ninguna objeción, aunque no me sirvas licor. No te preocupes por mí”.
      Pero con el paso del tiempo, mi familia y mis parientes llegaron a amarnos y a confiar más en nosotros. Por consideración a nosotros, hacían las reuniones familiares en días que no cayeran domingos. Actualmente, la mayoría de mis familiares son creyentes salvos.
      Mi madre, hasta el momento de su muerte, me amó a mí más que a todos sus hijos. Por supuesto, aun antes que yo creyera en Dios, ella me amaba más que a los demás, y luego que acepté al Señor, me amó aun más. Si actúa de acuerdo a su fe y no hace concesiones, Dios obrará por usted y finalmente podrá glorificar a Dios.
      Pero no debe mal interpretar ésto. Diciendo que Dios es más importante que sus hijos o que su familia y que debe de cortar con todo afecto carnal, esto no significa que debe ser frío en su afecto con sus familiares. Debe de atenderlos y servirlos como ellos se merecen.
      Si esto no va en contra de la ley de Dios, deberá servir a su familia mucho mejor que los no-creyentes. Además, deberá ser fiel en toda la Casa de Dios como padre, como hijo, y como miembro de una familia.
      Sin embargo, cuando sus padres o maestros les piden que violen la Palabra de Dios y les sirvan, ustedes no podrán transigir con ésto. Pero en el Señor, usted tiene que servir y respetar a sus mayores más que a cualquier otra persona.
      Es también la voluntad de Dios, hacer que los miembros no-creyentes de su familia sean tocados por sus buenas acciones y comportamiento, que acepten al Señor, y que reciban la salvación. Pero si cree en Dios quien ha dado vida a nuestro espíritu y nos ha salvado del castigo del infierno, es obvio que ame a Dios en primer lugar por encima de cualquier otra persona en este mundo.
      Si ama a Dios de esta manera, usted servirá a todos con bondad y amor y buscará primero el beneficio de los otros. Entonces, amará a su prójimo con verdadero amor espiritual.

      Amados Hermanos en Cristo:
      Aquellos que no han alcanzado este nivel de fe, no podrán entender a otras personas que tienen una mayor medida de fe y los mal interpretarán.
      Con una fe carnal, si se encuentra en el primer, Segundo o tercer nivel de fe, nunca podrá entender a los hombres de espíritu que están en el cuarto nivel o en un nivel mayor. Los podrá entender solamente cuando alcance ese nivel. De otra manera, habrá muchos malos entendidos y podrá llegar a juzgarlos y condenarlos desde su nivel carnal. Sin embargo, nunca debe hacer esto. Si juzga o condena a aquellos que son amados por Dios, enfrentará la maldición de Dios.
      Por ejemplo, he escuchado a algunos que dicen, “Cuando Abraham estaba llevando a Isaac para ofrecerlo a Dios como sacrificio, se encontraba en gran agonía y desesperación”
      Algunos otros también dicen que Dios le dio esos 3 días de camino para dejarlo pensar, y ver si decidía obedecer o no. Pero obviamente esto no es verdad. La distancia era solo de tres días de camino. Dios no lo hizo meditar sobre ello de esta manera.
      Sin embargo, el nivel de Abraham no era tan bajo. Si su fe hubiera sido solamente de ese nivel, entonces Dios no hubiera permitido tal prueba en primer lugar. Abraham no dudó en obedecer lo que Dios le ordenó.
      Obedeció sin titubear cuando Dios le ordenado dejar su país y su parentela, aun cuando Dios no le había dicho dónde ir, y después de atravesar por pruebas y por un proceso de perfeccionamiento, ¿Por qué iba ahora a ponerse a pensar esto o aquello ante de Dios?
      Él creyó que Dios resucitaría a Isaac, y aun si no lo hacía, Abraham podía entregar a su hijo con agradecimiento justamente porque Dios le había pedido que lo hiciera. Como Dios era el dueño y Señor de su vida y de la vida de su hijo, él podía entregar a su hijo en cualquier momento tan solo por el mandato de Dios, a pesar de ser su hijo era tan querido y amado.
      De allí que, Abraham obedeciera con gozo sin ninguna duda o cuestionamiento a Dios. Como resultado de su obediencia, fue bendecido al ser llamado el Padre de la Fe. Proverbios 8:17 dice, “Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan”.
      Como ya se dijo, cuando ama a Dios primero y lo hace incondicionalmente, Dios le amará a usted al más alto grado y estará con usted todo el tiempo. Es decir, lo bendecirá para que su alma sea prospera, tenga salud, y de gloria aquí en la tierra y en el cielo. En la próxima prédica, les explicaré acerca de las bendiciones para la prosperidad de nuestra alma.

      Termino el mensaje: Amados Hermanos en Cristo:
      Hace mucho tiempo, cuando Dios me llamó para ser Su siervo, nos dio la siguiente palabra: “Mi siervo, tu Me amaste primero, más que a tus padres, tu esposa, y que a todo lo demás”, y me dijo que me usaría como un gran siervo.
      Después que oír estas palabras, mire mí pasado. Y puede valientemente reconocer que en realidad amaba a Dios en primer lugar, más que a todas mis posesiones, más que a mi familia, e incluso lo amaba al grado de ofrecer mi propia vida.
      De hecho, cuando Dios me dijo ésto, no pude en verdad decir ‘Amen’. Pensé, “¿Realmente amo tanto a Dios?” Pero después, al pasar el tiempo, pensé sobre esto.
      No sobre si iba a obedecer la Palabra de Dios o no, sino que tuve que pensar sobre esto debido a que lo que Dios me dijo era tan diferente de lo que yo me había propuesto a ser. Yo quería ser un anciano de la iglesia. Deseaba recibir grandes bendiciones y ayudar a los necesitados, los huérfanos y las viudas, y a aquellos que estuvieran enfermos. Tuve una lucha en mi mente porque esto era tan diferente.
      Entonces, escuché la voz de Dios de nuevo, estaba orando en las montañas por muchos meses. Fue por eso que no pude decir ‘Amen’ inmediatamente, pero al meditarlo después, me di cuenta que realmente amaba a Dios tal como Él me lo había dicho.
      Desde entonces, ha sido lo mismo. Siempre le ruego a mi esposa que no me atienda ni me sirva, sino que sea fiel al reino de Dios y a las almas. Mi esposa es muy buena cocinera. Ella conoce mis gustos y cocina lo mejor para mi. Aun en los mejores restaurantes, nunca he podido saborear ninguna comida que sea más deliciosa que la que cocina mi esposa para mi. Desde los Naeng-myeon (fideos fríos) en el verano y cualquier otro plato de entrada, entremés o sopa\\\; mi esposa, la actual Presidenta del Centro de Oración Manmin, es en verdad la mejor cocinera.
      Pero no me gusta que ella me cocine. Le he estado diciendo desde que se abrió la iglesia. No trabajes para mí sino para las almas. Si tienes tiempo para cocinar, puedes mejor visitar un miembro más u orar más para dedicar más tu tiempo a las almas. Otras personas pueden hacer los alimentos, y tenemos personal que se encarga de las demás cosas, así que no deberías perder tu tiempo cocinando para mí.
      Pero hoy por hoy, ya me he cansado de decirlo lo mismo. Y me he dado por vencido. Aun cuando se lo digo, como me ama mucho, encuentra gozo y felicidad cocinando para mí. Así que algunas veces, veo que ella cocina para mí. Si pruebo la comida, sé que ella la ha hecho.
      Yo pude haber enviado a mis hijas a buenas universidades y haber hecho que conocieran buenos esposos, pero preferí enseñarles a amar a Dios primero y a vivir para Él en lugar de buscar la felicidad personal.
      Además, cuando mi primera hija Mee-yeong Lee creció, había muchas peticiones de grandes pastores en los Estados Unidos y en Corea. Si digo sus nombres, los reconocerán. También, había pedidos de políticos, que la querían hacer su nuera. Entonces, solamente les sonreía. No podía decirles no directamente.
      Precisamente les enseñé a vivir sólo para Dios. Entonces, mis tres hijas voluntariamente decidieron convertirse en ministras del evangelio. Yo no las comprometí sino que me mantuve en contra de toda clase de dificultades, tentaciones y persecuciones, si ellas no actuaban correctamente de acuerdo a la voluntad de Dios.
      Yo oraba por las almas que el Señor me había confiado con toda mi energía, hasta la ultima gota, incluso en un momento cuando parecía que era el final de mi vida. Aun cuando yo no tenía la fortaleza para pararme por mí mismo, yo le enseñé a la congregación que la voluntad de Dios es aferrarse al púlpito.
      Anteriormente, en muchas ocasiones me toco apoyarme en el púlpito para no caerme mientras predicaba. Aquellos que estaban conmigo conocieron esta situación todo el tiempo, ya que yo estaba sobre esforzándome mientras caminaba. Más sin embargo, yo proclamaba una y otra vez, para que ni una sola alma más pudiera ser engañada sino que pudiera vivir en la luz. Yo nunca dije, “Es demasiado difícil para mí. Tengo que tomar un descanso. Me iré de vacaciones por un tiempo”.
      Cuando aquellas personas que habían recibido la gracia y la sanidad me enviaban sus ofrendas, yo recogí cada centavo y lo entregué para el reino de Dios y para las almas. Cuando le di todo lo que tenía a Dios, ¿Qué me había quedado? ¿Me convertí en una persona pobre y solitaria, con nada más que yo mismo por haber entregado todo?
      ¡Por supuesto que no! Dios me devolvió el amor que yo le entregué a Él con más abundancia, y Él siempre me mostró la evidencia de su amor por mí. Él está conmigo con Su poder para usarme como Su gran siervo, y me ha explicado incluso las cosas secretad de la palabra de Dios.
      Él me dio salud, felicidad familiar, bendición financiera, fama y autoridad tan abundantemente. Él me permite recibir amor de innumerables creyentes alrededor del mundo. Solamente cuando usted llega al espíritu, su vida será llena con las evidencias de que usted es amado por Dios. Especialmente, si usted alcanza la totalidad de espíritu, las bendiciones y la gloria que Dios le da no puede ser expresada con palabras.
      El Dios todopoderoso ha preparado todo para Sus queridos hijos y está esperando para darnos tanto como Él pueda. Solamente cuando usted alcanza el espíritu, Él le bendecirá tan grandemente y Él está esperando por ese día más de lo que usted lo hace.
      ¡Yo oro en el nombre del Señor para que usted pueda alcanzar el espíritu y la totalidad de espíritu muy rápidamente para que pueda ser capaz de compartir su amor con Dios, recibir bendiciones, y darle la gloria a Él en todos los aspectos!

      AMEN


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