• El 4to nivel de fe (5)

    [Romanos 12:3, 3 Juan 1:2]

    26-05-2008 | Rev. Jaerock Lee

    • La Medida de Fe 16

      El 4to nivel de fe (5)

      Romanos 12:3
      “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno”.

      3 Juan 1:2
      “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”.


      Amados Hermanos en Cristo:
      Si ha estado viniendo a esta Iglesia por algún tiempo, debe haber oído términos como espíritu, perfecto espíritu y carne. Ahora bien, ¿Qué cosa es el espíritu? El espíritu es algo que no muere ni cambia sino que es eterno y verdadero. Estas son también las características de Dios Creador.
      Por eso Dios dice que Él es espíritu. Y ese Dios, quien es espíritu, dio al ser humano cuando lo creó, una porción de esa santo y eterno carácter\\\; es decir, una porción de Su espíritu. Por eso el primer hombre Adán fue creado como un espíritu viviente.
      Sin embargo, desde que Adán peco, perdió esas características eternas y verdaderas. Corrompió su espíritu y se volvió carnal. La carne es lo opuesto al espíritu. Es algo que cambia y muere, y es en sí misma impura.
      A partir de ese momento, los descendientes de Adán nacieron como hombres carnales\\\; es decir, como seres carnales. Lo más importante para los que son transformados, es el cambio de un hombre carnal a un hombre de espíritu.
      Muchos piensan que vivir una vida cristiana sólo es asistir al culto de adoración el día domingo en la iglesia, y dar sus ofrendas. Pero NO ES ASI. Una verdadera vida cristiana es ser transformados de la carne al espíritu. Debemos desechar lo carnal y andar en el espíritu para recuperar la imagen que perdimos de Dios. Esta es la verdadera vida de fe.
      Ahora bien, ¿Cómo podemos ser transformados de nuevo en seres espirituales? Debemos santificarnos. En el momento en que echemos fuera de nuestro corazón el pecado y la maldad\\\; esto es, esa misma naturaleza que cambia y muere, es entonces cuando podremos recuperar la imagen de Dios que es espíritu.
      Una vez que hayamos sido transformados en espíritu, no sólo recobraremos las características espirituales que Adán tenía al principio, sino que también llegaremos a ser hijos de Dios, que es algo mucho más glorioso de lo que fue Adán. ¿Por qué es esto? A Adán se le dio derechos como “espíritu viviente”, con las limitaciones propias de esta condición.
      No sólo es espíritu sino espíritu viviente. Él era espíritu, sin embargo ese espíritu podía morir. Esto es, si aceptaba por su libre albedrío pecar y hacer lo malo\\\; es decir, por su propia voluntad, él podría igualmente haberse corrompido en carnal. El primer hombre, Adán, no tenía ninguna experiencia previa de la maldad de la carne. No había experimentado la muerte, el dolor, la tristeza, el llanto.
      Por eso, aun cuando Dios le había enseñado que el espíritu es bueno y edificante\\\; y que la carne es traicionera y malvada, no pudo guardar esa enseñanza en su corazón. No obstante, aquellos que son cultivados en esta tierra y son transformados de la carne al espíritu han experimentado en lo profundo de su ser cómo es la carne.
      Saben muy bien lo bueno que es el espíritu\\\; esto es, lo bueno que es no morir, no sufrir ni padecer aflicción, ni llanto, ni dolor. En consecuencia, no importa la tentación que puedan enfrentar, no caerán en el pecado ni en la maldad otra vez. Cuando Adán era un espíritu viviente, no había experimentado nada de lo carnal. Por eso era un espíritu viviente, porque podía escoger lo carnal si era tentado.
      Sin embargo, nosotros hemos ido de la carne al espíritu. Hemos vivido en la carne\\\; por eso, sabemos lo malo, insignificante, efímera y perversa que es la carne. La hemos crucificado y hemos entrado en el espíritu y por eso ahora somos un espíritu que nunca será tentado.
      Esta es la razón y el propósito por el cual somos cultivados en esta tierra. Todos los instantes de nuestra vida en este mundo nos permiten darnos cuenta de lo insignificante que es todo aquí. Y al experimentar que todo lo que proviene de la carne es pasajero, que no tiene ningún valor y que nos causa muerte, dolor y tristeza, lo recordaremos siempre en nuestro corazón. Y en la medida en que lo experimentemos, podremos entender lo bueno que es el espíritu y restaurar ese espíritu en nosotros.
      Cuando anhelemos el espíritu de esa forma y pasemos por el 1er, el 2do y el 3er nivel de fe, y finalmente lleguemos al 4to nivel, ahí podremos decir que hemos sido restaurados como hombres de espíritu. En el momento en que desechemos la carne y andemos en el espíritu, a partir de ese instante Dios andará con nosotros y nos hará disfrutar a plenitud de los derechos por ser hijos suyos.
      Recuperaremos la autoridad espiritual que una vez disfruto Adán, por eso el diablo y Satanás no podrán hacer nada contra nosotros. En consecuencia, no habrá más pruebas ni desgracias o aflicciones.
      Hay tantas cosas que diferencian al hombre carnal del hombre espiritual. Permítanme darles un ejemplo: Supongamos que se ha cortado alguna parte del cuerpo. Digamos que 2 personas se han cortado en el mismo lugar y con el mismo cuchillo. Para el hombre carnal, le llevará muchos días sanar de ese corte, mientras que al hombre espiritual le tomará sólo un día. Tan solo después de una noche se formará la costra y se le caerá.
      Sin embargo, para el hombre carnal, el proceso de sanidad dependerá de la fe de cada uno. Para los que están en el 1er o en el 2do nivel de fe, deberá nutrir su fe y limpiarse. La gente del mundo usará medicinas y muchas otras cosas. Sin embargo, como son creyentes, si están en el 1er o 2do nivel de fe, serán sanados luego que se ore por ustedes, pero aún eso tomará muchos días.
      Pero el hombre de espíritu, luego de sólo una noche, verá que la herida ha sido totalmente sanada. Lo mismo sucede cuando uno se desangra o tiene hemorragia. Para el hombre carnal, se tiene que limpiar la herida y procurar detener la hemorragia de diversas maneras. Sin embargo, para el hombre de espíritu, una vez que ha orado, la hemorragia se detendrá inmediatamente. Tan sólo viendo esto, podemos darnos cuenta que si hay una gran diferencia.
      Recobraremos la autoridad espiritual que Adán tuvo antes y por eso el enemigo no podrá tocarnos. Por lo tanto, no habrá ningún tipo de pruebas ni dificultades. Las bendiciones vendrán sobre nuestras familias, nuestros negocios y trabajos y nuestras oraciones serán respondidas. Estoy predicándoles desde este altar para que lleguen a santificarse y alcancen el nivel del espíritu y puedan disfrutar de estas bendiciones.
      Esta es la prédica Nro 16 de la Medida de Fe, y hoy les hablaré de la gloria que disfrutarán aquellos que lleguen al 4to nivel de fe. Oro en el nombre del Señor para que, a través de este mensaje, su esperanza y anhelo por entrar el reino espiritual se haga cada vez mayor y así puedan más rápidamente alcanzar el nivel del espíritu y del perfecto espíritu.

      Amados Hermanos en Cristo:
      Dios en Su justicia nos devuelve de acuerdo a cómo hemos actuado y sembrado. Nos da nuestra morada celestial y nuestras recompensas conforme a la medida de nuestra fe. La gente del mundo ni siquiera cree en el cielo ni en el infierno\\\; e incluso algunos creyentes en realidad no saben qué clase de lugar es en verdad el reino de los cielos y qué clase de vida llevaremos allí.
      No obstante, en nuestra iglesia, a través de numerosas prédicas, hemos venido aprendiendo muchas cosas acerca del reino de los cielos y de la vida allí. Y pienso que todos ustedes ahora tienen esa gran esperanza por el reino celestial. Sin embargo, no es cierto que podrán disfrutar de todo aquello que han anhelado, tan sólo por el hecho de entrar al reino de los cielos.
      Por cierto, cualquier morada en el cielo será incomparablemente más bella que esta tierra. No habrá falsedad ni mentira\\\; y en vez de lamento, lloro y dolor, sólo habrá amor y gozo. Aun en el paraíso, no tendrán que preocuparse por el sustento diario. No tendrán que sudar para ganar dinero. No tendrán que estudiar para ingresar a buenas universidades ni nada por el estilo. Allí no habrá nada que se corrompa ni que se eche a perder.
      Nada olerá mal ni habrá olores fétidos. Todo el ambiente tendrá un agradable aroma con una eterna fragancia. ¿Habrá acaso polvo, muerte, lamento, dolor, aflicción, pena o separación? Todo será absolutamente bello y el vivir allí será en si mismo sólo dicha y felicidad\\\; incluso si va al paraíso.
      Habrá hermosos ángeles, suaves melodías de alabanza y los más bellos paisajes que se pueda imaginar. Viviremos allí para siempre con nuestros seres queridos. ¿Existirá acaso envidia, celos, murmuración, odio o cualquiera de cosa que hiera o parta nuestro corazón?
      ¿Podrá tener algún mal sentimiento en contra de alguien? NO. No habrá nada parecido a eso. Si tuviera malos sentimientos contra alguien, entonces no podría hablar con esa persona, pero eso jamás ocurrirá. En el reino de los cielos, no habrá nada carnal.
      Esta es la felicidad y dicha que todos podrán disfrutar en el paraíso, el 1er reino del cielo y el 2do reino del cielo. Pero los que ustedes hermanos esperan y anhelan es más que esto AMEN.
      Anhelan vivir en un casa que se parezca a un castillo: adornada de oro puro y de joyas preciosas y también tener un gran lago, una piscina, una cancha de golf o de otra cosa, un gran salón de reuniones y otras instalaciones y numerosos ángeles que le sirvan y atiendan como a príncipes y princesas y, asimismo, esperan disfrutar de la autoridad de los reyes.
      En el cielo podrá ir en un vehículo con forma de nube como lo hace aquí en un carro lujoso. Podrá gozar de espléndidos banquetes viendo al Señor y estando junto a Él, y sólo disfrutará de eterno gozo y felicidad. Este es la clase de reino celestial con el cual sueña.
      Sin embargo, para disfrutar de todas estas cosas, deberá estar completamente santificado y ser fiel en toda la casa de Dios y así entrar a la ciudad de la Nueva Jerusalén. Deberá alcanzar el 5to nivel de fe. O, al menos, llegar al nivel del espíritu\\\; es decir, alcanzar el 4to nivel de fe para así entrar al 3er reino del cielo y gozar de esta clase de gloria.
      En consecuencia, la diferencia entre el 3er y el 4to nivel de fe\\\; esto es, entre llegar al nivel del espíritu y no hacerlo, es como la diferencia que existe entre el cielo y la tierra. Por ejemplo, en el paraíso, el 1er y el 2do reino del cielo, hay numerosos ángeles que se encargan del mantenimiento de todo y que ayudan a los hijos de Dios de vez en cuando.
      Se hacen cargo del césped y de las flores, y algunas veces acompañan a las personas a las instalaciones de uso común, para que los hijos de Dios puedan de esa forma disfrutar con comodidad y alegría de la vida en el reino de los cielos. En el 2do reino del cielo y en niveles inferiores, no hay ángeles que ministren en forma personal o individual.
      A partir del 3er reino y en niveles superiores habrá ángeles que ministren en forma personal. Además, el número de ángeles variará de acuerdo al grado de santificación de cada uno y a cómo haya agradado a Dios por medio de sus hechos y obras de fe y de obediencia.
      A los que habiten en la Nueva Jerusalén, se les concederá un mayor número de ángeles que a los del 3er reino del cielo, así que tan sólo viendo el número de ángeles, sabremos la gloria y dignidad de cada uno.
      Asimismo, para tener derecho al uso de estos vehículos en forma de nube, deberemos al menos entrar al 3er reino de los cielos. Las nubes en el cielo son diferentes a las nubes de esta tierra, las que son producto de la evaporación del agua. Las nubes en el cielo son como una decoración o adorno para añadir mayor gloria y belleza al paisaje.
      Cuando Dios se le apareció a Moisés durante el Éxodo, lo hizo en una nube. Igualmente, cuando Salomón dedicó el Templo, dice la escritura que descendió una nube que llenó el lugar de la gloria de Dios. Estas nubes son diferentes a las que vemos en nuestro cielo natural.
      Cuando Jesús subió al Monte de la Transfiguración, la voz de Dios se oyó desde una nube como cita Mateo 17:5, “Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió\\\; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia\\\; a él oíd.”
      La segunda parte de Mateo 26:64 dice, “…desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo. (Así que, no se refiere a una nube ordinaria, sino a una nube del reino de los cielos) Las nubes del cielo mencionadas en diversas partes de la Biblia son como adornos para mostrar la gloria de Dios. Estas nubes también las da Dios a sus hijos y pueden ir en ellas a cualquier parte que deseen.
      Sin embargo, no todos en el reino de los cielos podrán usar este medio de transporte. Únicamente aquellos que entren a la Nueva Jerusalén recibirán este tipo de transporte personal. Los que vayan al 3er reino podrán usar para su desplazamiento vehículos con forma de nube pero no de propiedad privada sino comunitaria.
      Además, incluso la apariencia exterior es muy diferente entre los que habitan en el segundo reino y otros niveles menores y los que viven en el tercer reino y en moradas superiores.
      La luz de gloria, las vestimentas, el diseño de las vestiduras, los adornos, el corte de cabello, todo será diferente para que así podamos reconocer más fácilmente el grado de santificación de cada uno y la medida en que es amado por Dios.
      Cuando viajo a otros países, puedo apreciar que cada uno de ellos es diferente. En algunos, la gente usa adornos. En uno de ellos, usan collares, pero no sólo se ponen uno. Envuelven su cuello con un collar de perlas, tal vez cerca de 7 u 8 vueltas.
      Además, se ponen unos inmensos aretes muy vistosos para que los demás los puedan ver. Cuando se mueven, los aretes emiten un cierto campanilleo. Los colores son mayormente dorados. También, usan gruesos anillos. Se ponen no solo uno sino varios anillos en cada dedo.
      En Corea, sólo usamos un anillo. Sin embargo, en otros países usan varios anillos en un solo dedo. También usan brazaletes. Gruesos brazaletes de oro. Se ponen 2 o 3 de ellos en el brazo.
      Se ponen tantas cosas como pueden en su cuerpo. Si tienen joyas caras, significa que pertenecen a la clase alta. Si tienen menos joyas, quiere decir que son de clase media\\\; y si no tienen casi nada de joyas, son de clase baja. No obstante, aún los de clase baja compran tantas joyas como pueden para ponérselas.
      La luz de gloria, las vestimentas y los diseños de las vestiduras, los adornos y el peinado son todos diferentes para que así podamos ver fácilmente lo santificado que es cada uno y lo mucho que Dios lo ama.
      Ustedes pueden ver que no uso ningún tipo de joyas\\\; ni esclavas o brazaletes ni ningún tipo de adorno de oro. Bueno, cuando hablaba con estas personas, en un momento me llegue a preguntar: ¿Qué cosa pensarían de mí? No creo que dirían. “El Rev. es muy pobre” Más bien, pensarían, “Debe ser muy rico, pero no le gusta usar joyas.”
      Una de las cosas más significativas en el cielo será el largo del cabello de las mujeres. En el cielo, tanto hombres como mujeres, tendrán cabello rubio ligeramente ondulado. El largo de cabello en los hombres será hasta el cuello, pero en las mujeres, ese largo será diferente de acuerdo a sus recompensas en el cielo.
      La primera parte de 1ra de Corintios 11:15 menciona, “Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso”. Como está escrito, la mujer en el 3er reino y en la Nueva Jerusalén, tendrá el cabello largo y hermoso como una gloriosa recompensa. En la Nueva Jerusalén, su cabello llegará hasta la cintura\\\; es decir, hasta debajo de la columna vertebral\\\; y en el 3er reino, llegará un poco más arriba\\\; esto es, hasta la mitad de la columna vertebral.
      Ahora bien, ¿Cómo son las moradas en el 3er reino? Ya les dije que los que van al 2do reino tienen hermosas mansiones independientes de un solo piso. ¿Y los del 1er reino? ¿Lo recuerdan o no? Si. Esto es sólo en el 2do reino del cielo donde hay moradas de un solo piso.
      No obstante, a partir del 3er reino, las moradas tienen varios pisos. Están decoradas con oro puro y joyas preciosas, y tienen lagos, lagunas y espléndidos jardines con bellas y perfumadas flores y hermosos árboles. En el reino de los cielos, no hay necesidad de edificios altos. Tal vez una casa de 2 pisos sea mejor que una de un solo piso. O quizás hasta una de 3 pisos este bien. Pero no vamos a necesitar más de 3 pisos. Sería un poco molesto subir escaleras. Debido a que el espacio es tan reducido en este mundo, tenemos que construir hacia arriba. Pero el reino de los cielos no es pequeño. Es infinito, por eso no hay necesidad de edificios.
      Estas moradas están decoradas con oro puro y joyas preciosas y tienen lagos y espléndidos jardines con hermosos árboles y bellas y flores de exquisita fragancia.
      Hay infinidad de peces en el lago y podrá hablar con ellos. Por cierto, podrá tener un lago en su morada en el 2do reino. En este nivel podrá tener cualquier cosa que desee como una cancha de golf o de fútbol, una piscina o un lugar para caminar y pasear. Pero sólo podrá escoger una sola cosa.
      Dios sabe lo que usted más desea. Nuestro Señor también lo sabe. Por eso, como nuestro Señor es el Maestro Arquitecto en la edificación de estas moradas, Él podrá hacer aquello que más desea en su casa en el 2do reino del cielo.
      Sin embargo, en el 3er reino, no tendrá que escoger una sola cosa. Podrá tener todo lo que desea. No tendrá que ir a la casa de su vecino para disfrutar de una distracción que no tiene. Podrá tener y usar todo tipo de recreación en su morada.
      Las residencias en el 3er reino que tienen este tipo de instalaciones estarán decoradas con tal esplendor y grandeza que ni siquiera los multimillonarios de este mundo pueden imitar. Otra diferencia con el 2do reino es que no habrá placas que identifiquen al residente en el 3er reino.
      La especial y única fragancia que saldrá de la misma mansión, permitirá a la gente sentir el corazón del propietario y podremos fácilmente identificar al dueño. Tan sólo por el hecho de no haber placas en la puerta, podremos saber lo glorioso, apreciados e importantes que son los que habitan en el 3er reino.
      Permítanme darles un ejemplo. Incluso en este mundo, cuando buscamos la casa de alguien común y corriente, vemos la dirección y verificamos en número de la casa en la puerta.
      Sin embargo, las moradas de los famosos son bien conocidas, incluso si no tienen el número en la puerta. Naturalmente, la ley de este país establece que toda casa debe tener un número visible en el frente, pero aun cuando no lo tengan, reconocerán estas residencias. Por ejemplo, las mansiones de los grandes empresarios, celebridades y las residencias de los presidentes del país, son conocidas por toda la gente de los alrededores, incluso si no tienen el número afuera. Puede preguntarle a cualquiera y sabrá dónde está.
      En mis años de secundaria, los fines de semana salía de excursión al campo y pasaba por un parque muy conocido. Me gustaba ir allí. En ese tiempo, no había cerca y había muchos conejos que jugaban por allí.
      Si no seguía el camino sino que iba a través del valle, algunas veces podía ver conejos. De cualquier forma, luego de pasar el parque, venía un área donde había muchas casas grandes. Una de ellas era una gran mansión con un muro de ladrillo rojo.
      Esa era la casa del fundador del Grupo Empresarial Samsung. Era maravillosa. No se podía ver el interior y el área de la residencia era también inmensa. De igual forma, aquellos que vayan al 3er reino del cielo tendrán el gran honor que los demás sepan quien es el dueño de la morada incluso sin necesidad de tener inscrito su nombre en la puerta. ¿Imagínense cómo será en la Nueva Jerusalén?
      Al igual que la fragancia espiritual de cada persona es diferente\\\; el aroma y las luces que salgan de cada morada serán también diferentes. De acuerdo a la medida en que el dueño se haya santificado y se asemeje a Dios, entonces esa fragancia y la luz de la casa serán más hermosas.

      Amados Hermanos en Cristo:
      Algunas personas en este mundo aman tanto a sus mascotas como a sus propios hijos. No obstante, como los animales no tienen espíritu, aun cuando sean amorosos y muy listos, no podremos llevarlos al cielo. Con ello NO estoy diciendo que los animales van a ir al infierno.
      Dado que los animales tienen sólo cuerpo y alma y no espíritu, cuando mueren y su cuerpo se descompone, su alma también vuelve a la nada. Por eso la Biblia dice que vuelven al polvo. No estoy diciendo tampoco que no habrá animales en el cielo. En el reino de los cielos los animales y las aves son hermosos, espléndidos, listos y mansos\\\; más allá de toda comparación con los animales de la tierra. Hacen felices a los habitantes del cielo y pueden conversar con ellos.
      En el 3er reino del cielo, los animales y las aves serán las mascotas de los que vivan allí. Son mucho más bellos, imponentes y amorosos que los animales en el 2do reino. De acuerdo a su fe, variará el número de ángeles que se le conceda. Algunos de entre ustedes están en el 3er nivel de fe, y otros en el 4to nivel, y ambos tendrán ángeles ministradores respectivamente.
      Entonces, el ángel que ministra a alguien del 3er nivel de fe, mostrará respeto a los ángeles de aquel del 4to nivel. Como la persona del 4to nivel es mayor en espíritu, se le da ángeles de mayor nivel para su servicio.
      Tal como hay coronas en el primer y segundo reino del cielo, una corona es otorgada a los que van al 3er reino del cielo: Esta es la corona de la vida.
      Santiago 1:12 cita “Bienaventurado el varón que soporta la tentación\\\; porque cuando haya resistido la prueba, (No sólo debe resistir incondicionalmente\\\; pero si la sobrelleva con fe, amor y mansedumbre en verdad y en la luz y vence\\\; Dios reconocerá que ha logrado la victoria y ha pasado la prueba).
      Y continua el pasaje, “recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.” En el momento en que echa fuera los pecados uno por uno, siempre habrá una prueba. Habrá tentaciones, persecuciones y pruebas. Pero si pasa todas estas pruebas y logra desechar lo carnal, y ya no tiene más pensamientos carnales, eso significa que ya ha entrado al espíritu y que va a recibir la corona de vida.
      Y Apocalipsis 2:10 cita, “No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte… Cuando en el futuro les predique sobre el Libro de Apocalipsis, les explicaré porque razón no les hablé de esta enseñanza. De cualquier forma, continua el versículo, “… y yo te daré la corona de la vida.”
      Ser fiel hasta la muerte es tener la fe de un mártir y servir fielmente al reino de Dios espiritual y físicamente. No sólo debemos hacer lo que se nos ha mandado hacer, sino también no comprometernos con este mundo. Decimos que uno es fiel hasta la muerte cuando resiste y lucha contra el pecado y lo echa fuera de su vida al punto de derramar sangre, y llega a estar completamente santificado.
      Los que van al 3er reino han alcanzado la santificación y han sido fieles hasta la muerte con toda su vida, por eso recibirán la corona de vida. Además, aun cuando uno no esté totalmente santificado, si llega a ser un mártir por el nombre del Señor, morará en el 3er reino del cielo, y recibirá la corona de vida. No es fácil llegar a ser un mártir de la fe.
      Hoy en día entre los creyentes, vemos algunos que no guardan el Día del Señor, es decir, el domingo, debido a la tentación por ganar dinero. Y ni siquiera es por ganar una gran cantidad de dinero. Sus vidas no están en peligro, pero como tienen miedo a las represalias de sus familiares o de sus jefes en el trabajo, violan y desobedecen el mandamiento de Dios.
      Tenemos al misionero Choe de los Estados Unidos visitándonos en Corea. Me ha informado de algo triste. Me ha dicho que muchas iglesias en los EE.UU. no celebraron el culto de adoración el día de Navidad. ¿Por que? El año pasado Navidad cayó el día domingo y sólo por ser día feriado y descansar no celebraron el servicio de adoración.
      Es algo tan lamentable. Además, hoy en día, las iglesias están cambiando. Ciertamente, no es sólo un problema actual. Sin embargo, recientemente, ha aumentado. Me dijo que algunas iglesias que conoce e incluso algunas mega-iglesias celebran el culto el día sábado para descansar el domingo.
      Tienen el culto el sábado por la noche para que todos puedan hacer lo que quieran el domingo. Nosotros debemos guardar santo el Día del Señor. No obstante ellos venden y compran el domingo, y celebran el culto de adoración los sábados como más les conviene. Es realmente algo triste y lamentable. Por eso me dijo que, incluyendo el pastor de la Iglesia Cristiana Manmin de Washington, y toda la congregación están muy felices.
      Todos ellos piensan, “Qué bueno que haya podido venir a esta Iglesia donde hay palabra de vida y que ahora pueda vivir en la verdad. Me siento tan feliz porque voy a ir al reino de los cielos. Si continuaba viviendo una vida como antes, no habría podido entrar al cielo. Pero como ahora sé que voy al cielo, por eso me siento muy feliz.” Además, en la congregación hay una pareja de esposos de origen oriental muy talentosos. Ellos lideran la alabanza y la adoración y también se les nota muy felices. Ellos saben que de no haber venido a esta Iglesia hubieran ido al infierno. Sin embargo, como ahora han aprendido claramente lo que es la verdad y a vivir una verdadera vida cristiana, están muy agradecidos. Por eso, toda la congregación está siempre llena del Espíritu Santo.

      Queridos Amigos y Hermanos:
      ¿Acaso desean guardar el Día del Señor simplemente como cada uno quiere? ¿No? ¿Si? Nunca podríamos hacer eso. Jamás podríamos comprometernos con algo así. Una vez que hayamos entrado al reino de los cielos viviremos eternamente allí, en eterna felicidad. Y si no vamos al cielo, tendremos que sufrir el fuego eterno del infierno. Por eso, ¿Acaso vamos a hacer algo que nos lleve al infierno sólo por un placer momentáneo en este mundo?
      También, la gente del mundo o los hombres carnales pueden pensar, “Si dejo de hacer esto y aquello y dejo todo. ¿Cómo me divertiré?” Sin embargo, ustedes pueden preguntarle a aquellos que ya han entrado al nivel del espíritu. Para ellos, los hombres carnales son dignos de compasión. Si los mira luego de haber entrado al espíritu, son en realidad gente necesitada.
      Todas las cosas en realidad carecen de importancia y son, al final de cuentas, pura vanidad. Las cosas materiales no nos dan vida. No nos protegen de las enfermedades ni de las dificultades o accidentes. Además, no nos dan la verdadera felicidad. No obstante, la gente no se quiere desprender de ellas y viven permanentemente atadas a ellas. Sin embargo, el hombre de espíritu ha dejado de depender de todo esto.
      Encomiendan todo a Dios. Por eso Dios cuida de ellos. ¿Qué feliz se deben sentir? Tienen paz, gozo y dicha en su corazón. Tienen salud en todo. Además, cuando cortan con toda atadura al mundo, saben que van a alcanzar la verdadera dicha y felicidad.
      A través de este proceso, alcanzan el nivel del espíritu, por eso son felices al vivir día a día su vida de fe. Como el hombre carnal no entiende esto, piensa que será difícil cortar con las cosas del mundo y que si lo hace no tendrá más alegría en su vida. Pero cuando desechamos todas estas cosas es cuando realmente obtenemos la verdadera felicidad.
      Si estas personas, que no pueden ni siquiera practicar la verdad en las cosas más pequeñas, enfrentaran una situación en donde tuvieran que dar su vida, ¿Cómo podrían llegar a ser mártires de la fe? Sin embargo, llegar a ser un mártir no siempre garantiza la entrada al 3er reino del cielo.
      Aun cuando alguien exteriormente pareciera ser un mártir, la fe y el interior del corazón de cada uno son diferentes. Hay personas que llegan a ser mártires con verdadera fe y amor, pero también hay otros que no lo hacen así.
      Por ejemplo, cuando alguien padece una enfermedad y confía completamente en Dios sin depender de los hospitales, su fe y su corazón interno son totalmente diferentes. Si realmente confía en Dios y depende del Señor de todo corazón, dirá “Sea que viva o que muera, mi vida pertenece al Señor.” Y si Dios no lo sana sino que llama su espíritu a Su presencia, Dios aceptará su muerte como la de un mártir.
      No obstante, si no va al hospital -no por un acto de fe en su corazón sino tan sólo por el conocimiento acumulado y guardado en su mente sobre la sanidad divina\\\; o si no va al hospital por orgullo para decir que tiene una gran fe -los resultados serán muy diferentes.
      Por lo tanto, aun cuando lleguemos a ser mártires, sólo aquellos que ofrezcan sus vidas con verdadera fe y amor podrán entrar al 3er reino del cielo y recibir la corona de vida, porque Dios se fija en el interior del corazón.

      Amados Hermanos en Cristo:
      Juan 14:21 cita, “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama\\\; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.”
      Únicamente aquellos que guardan Sus mandamientos son los que lo aman, y los que aman al Señor serán amados por Dios Padre. El Señor estará con ellos y se manifestará en ellos. Por eso, el Señor siempre mostrará las evidencias que Él está con los que han entrado al nivel del espíritu.
      Si amamos al Señor por sobre todas las cosas, guardaremos todos Sus mandamientos y nos despojaremos de todo pecado, incluso del pecado de nuestro corazón\\\; y las evidencias del amor de Dios siempre nos seguirán.
      Tendremos salud y seremos prósperos en esta tierra y aun en el reino de los cielos gozaremos de gran autoridad y gloria como verdaderos hijos de Dios. En la medida en que entre al nivel del espíritu y llegue a la plenitud del espíritu con el amor de Dios, Él se llenará de alegría y de gozo y le dará mayores bendiciones y honor.
      La gloria y el honor concedidos en el reino de los cielos no pueden expresarse adecuadamente con palabras. El apóstol Pablo vio únicamente el paraíso y al volver pudo considerar como pérdida todo lo que antes él creía valioso.
      Pudo dar no sólo todos sus bienes sino también su propia vida. Si tiene verdadera fe, no anhelará la fama ni el honor del mundo. Únicamente deseará la santificación, desechar todo pecado y aferrarse con violencia al reino de los cielos.
      Antes de continuar, voy a terminar con la explicación acerca de los ángeles. Los ángeles del 2do y del 3er reino del cielo son diferentes. Por cierto, su autoridad también es diferente\\\; y si llega al 3er reino, podrá disponer como desee de sus ángeles.
      No tendrá que decirles qué hacer. Leerán la mente de sus amos y harán lo que ellos deseen. Si. Leerán la mente de sus señores. Si desea algo mientras está compartiendo con otras personas, sabrán lo que quiere.
      Por eso, traerán canastas de frutas decoradas con joyas y se la alcanzarán a su amo para que se sirva de ellas. Harán lo que su señor desee. Sin embargo, los ángeles del 2do reino no harán esto. Ellos sólo obedecerán lo que se les ordene.
      Ellos no hacen lo que su amo quiere. Sólo cuando se les indica algo como “Deseo comer fruta. Tráeme algo de fruta.” Ahí entonces obedecerán. Por eso, hay una enorme diferencia. Obviamente es muy diferente leer la mente del señor y hacer todo lo que desea\\\; que hacer todo lo que quiere sólo obedeciendo sus indicaciones.
      Ustedes esposos, si sus esposas leyeran su mente e hicieran todo de la forma que desean, ¿No serían felices? Incluso si al levantarse en la mañana no le dijera nada a su esposa y ella fuera a la cocina y le preparara una buena taza de café y se la llevará a la cama. ¿No le gustaría eso acaso?
      Y en la noche, si ella cocina lo que más le gusta justo en el momento en que desea comer y se lo sirve, sin que usted le diga nada. ¿Qué encantadora esposa tendría? Esta es una clase de esposa. Sin embargo, también puede haber otra clase de esposa que obedezca muy bien lo que le diga.
      Si le dice, “Quiero tomar café” Entonces, ella va y le trae el café. Si le dice, “Tengo hambre. Quiero cenar ahora” Ella en ese momento se pone a cocinar. Aun así usted sería feliz si su esposa le sirve de esta manera. No obstante, hay otra clase de esposa. Y es la que cuando usted le pide una taza de café”, ella responde. “Está bien. Te lo preparo cuando termine de limpiar.” Así, ella termina de limpiar y le lleva el café. Y también existen las esposas que cuando uno le pide café, le responden: “No ves que estoy ocupada con nuestro hijo. Prepáratelo tú solo.”
      Esta última no obedece para nada. Tan sólo responde, “Estoy ocupándome de nuestro hijo.” Por lo tanto, hay 4 clases de esposas. La pregunta es: ¿Cuál de todas ellas lo hará más feliz? Será más feliz con la esposa que le sirve incluso antes de que pida algo. La segunda clase de esposa le dará el siguiente nivel de felicidad\\\; y luego, viene la tercera y la cuarta. Por eso, esposos, ahora, cuando regresen a casa esta noche, podrán decirles a sus esposas: “¿Escuchaste la prédica de hoy del Reverendo? ¿Qué tal te cayó?”
      Sin embargo, no sólo se trata de preguntarle a su esposa sino también debe pensar en sí mismo. ¿Qué dice nuestro Señor? Dice que debe de amar a su esposa como a su propio cuerpo. Sólo cuando ame a su esposa como a su propio cuerpo podrá tener el derecho de decirle algo a ella. Ahora, quizás, pueda decirle algo como esto: “Amor. El mensaje de hoy ha sido realmente impactante. Voy a examinar mi comportamiento hacia ti a ver si te he amado como a mi propio cuerpo.” Y entonces, si ambos se humillan y se sirven el uno al otro, su familia será feliz. Si uno de ellos sirve más mientras que el otro no lo hace, eso no traerá felicidad a la familia.
      En este momento, mi familia está de vacaciones. Sin embargo, yo no tengo que decirle a mi esposa que haga esto o aquello. Ella siempre hace todo antes que yo se lo pida. Sabe lo que a mí me gusta y me lo sirve. Por eso no tengo que decirle nada. Pero hay veces que hace demasiado. Me atiende demasiado y por ello siento que es algo exagerado. De cualquier forma ella sabe lo que a mí me gusta y me lo sirve, tanto en casa como durante las vacaciones. Ella siempre me sirve lo que más quiero. Sabe los bocadillos que más me gustan.
      Además, ha previsto todo. Ha preparado el café instantáneo y lo ha puesto en diferentes bolsitas con la cantidad apropiada y se las ha dado a mis ayudantes para que ellos puedan sólo añadir agua caliente y me lo sirvan cada vez que deseo tomar café. Ella hace todo, así que no tengo que decirle nada. Hace todo antes que se lo diga. Entonces, ¿Debo hacer yo lo mismo. Verdad? Si. Debo hacerlo. ¿Cómo podría ser atendido yo solo todo el tiempo? Por eso, aunque ella no me pida nada, cuando termina los 28 días de oración especial y va a descansar, le doy para sus gastos. Del mismo modo, cuando viaja a reuniones a otros países, le doy una cantidad suficiente de dinero para que pueda gastar con nuestros colaboradores.
      Si estoy alerta, le doy por adelantado. Si sale de vacaciones pienso en cuánto va a necesitar y se lo doy. Algo de ello va para mis hijas. Les doy antes de que me pidan. Por eso, es raro escuchar que ellas me digan: “Pastor. Necesito esto. Por favor comprámelo.” ¿Por qué? Y es porque les doy todo por adelantado.
      Así, servir debe ser algo mutuo y recíproco. Si sólo uno sirve y el otro sólo es servido, eso es sólo una felicidad a medias.
      Es lo mismo en el reino de los cielos. Los ángeles en el 3er reino o en niveles superiores, leerán la mente del amo y le servirán. Pero a partir del 2do reino y en niveles inferiores, tendrá que pedirles que lo hagan. Del mismo modo, habrá una diferencia en la atención.
      Espero que ninguno de ustedes, amados, este satisfecho con ir sólo al paraíso, o al 1er reino o al 2do reino del cielo. Los animo a que se decidan a alcanzar el nivel del espíritu y llegar a la plenitud del espíritu y así morar en la Nueva Jerusalén.
      Por eso me desespero. Puedo ver que muchos de ustedes van ir a la Nueva Jerusalén. Habrá muchos así en el futuro. La amplitud de su corazón, de su amor, de su fidelidad y del interior de su corazón, es diferente. A través del cultivo del ser humano, de la vida de fe, serán formados hasta llegar a ser vasos de honra ante Dios. En el año 2006 muchos de ustedes han llegado a ser cultivados de esta forma.
      Oro en el nombre del Señor para que esta esperanza los llene íntegramente, para que nunca miren el mundo y para que en cada instante de sus vidas, se sujeten firmes a la Nueva Jerusalén.

      AMEN


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